img Ochenta y ocho traiciones, una fuga  /  Capítulo 2 | 8.70%
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Historia

Capítulo 2

Palabras:1217    |    Actualizado en: 30/09/2025

vista d

de leche tibia, algo que solía hacer cuando yo no p

? -preguntó,

lencio, bloque

moví. Sus ojos, llenos de una pena falsa, se encontraron con l

e esterilizo para criar a su hijo bastar

Es la mejor solución para

. Las palabras

e no? -pregunt

del empresario despiadado que era. -Entonces no podemos casarnos, X

atravesó el pecho, tan intenso que me hizo jadear. Estaba dispuesto a tirar por la borda t

nte de mis labios. Necesitaba tiempo. Necesitaba q

inclinó para besarme, pero giré la cabeza y sus labios rozaron mi cabello-. Sé que esto es difícil, pero es la ú

Las palabras no

uro -dije, mi voz h

tió, colocando el vaso de leche en la mesita

aso de leche, un símbolo de un cuidado que nunca fue real. Quería estrell

uave. Mi corazón se hundió. Pensé que era Artu

laudia de pie allí, con una sonr

uestra propuesta -dijo, sus ojos brillan

jamente. -¿Qué

rme de que entendieras la situación claramente. Verás, este bebé... -hizo una pausa, dejando que el sile

na oleada de náuseas me invadió. Se sintió como un

ue una parte fría de mí

olo un reemplazo. Un bonito y conveniente reemplazo hasta que se dio cuenta de a quién quería de verdad. -Se acercó más, su voz

na rabia tan profunda que sentí que me

os nervios. -Por supuesto. -Se alejó contoneándose, sus cad

moronó a mi alrededor. Las llamadas nocturnas que él tomaba en otra habitación. La forma en que su brazo se demoraba en su cintura

ran hermanos. Eran cercanos.

erdad tan fea, tan retorcida, que no me había permitido verla. Pensar en ellos

uro estaba allí, su rostro contraído por la ira. -¿Qué le dijis

eguntó mi versión

ña calma se apoderó de mí. El dolor seguía allí,

je, mi voz uniforme-. Lo

sonrisa brillante y aliviada. -Oh, Ximen

abrazó. Me quedé rígida en sus

z vertiginosa por su victoria-. Mañana, no,

s esperar -dije, mi voz aún inquietantemente tranquila-. La salud de Claudia es lo más

doración. Pensó que estaba siendo

eso, que una vez se sintió como una promesa, ahora se s

quina, su rostro una máscara de sorpresa. No esperaba que

azo de Arturo. -Ya que Ximena se siente mejor, ¿podemos

quiera mirarme-. Ximena, vendrás con nosotros.

familia feliz era nauseabunda. Pero asentí.

r de ella, riendo y susurrando como una pareja de verdad. Yo los seguía, un fantasma invisible. Se suponía que

da de silenciosa desesperación, de ver al hombre que amaba amar a otra persona. Un dolor tan agudo y repentino me atra

-

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