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de nuestro hijo muerto. Mi esposo, Elías, me sostuvo a través de todo. Pero una visita al
on su amante el día que nuestro hijo murió, después de haber despedido a
sar por loca. Su madre me acusó de lastimar al niño, y Elías me castigó encerrándom
cieron que desenterraran la tumba de mi bebé. En un yate, Elía
a orilla, su amante me esperaba para darme el golpe final, el que me destroza
un procedimiento experimental y le hice mi petición: borra los últimos diez a
ítu
vista d
de defunción de mi hijo muerto fue el día
r tan profundo que había olvidado el ritmo de mi propia respira
izaba cada año en el aniversario de su muerte. Las luces fluorescentes del edificio gubern
r hacia la empleada, una mujer con ojos cansados y u
nombre, luego e
s Ga
a por todo el norte del país, oculto bajo una fachada de negocios legítimos. Para el mundo, era un titán de la industria. Para los que sabían, era el Don de la Or
nces necesita una copia del acta de Leo Garza. Puedo hacerlo. Pero el sistema me pregu
mis venas; chapoteó, fría y naus
Sí. Dice aquí que Elías Garza tiene otro
nt
a mujer que había intentado colarse en mi boda, con los ojos ardiendo de un hambre desesperada mientras miraba a Elías. La mujer
en mi bolso. Un
i amor. Sé que hoy
rrebaté la impresión de la mano de Brenda sin decir una palabra más y me dirigí hacia la
. Una casa de lujo en una colonia bonita. Una colo
calle, mis manos temblando sob
s del niño resonando en la calle tranquila. Karla estaba en la puerta, con la mano apoyada en el brazo
ia era u
vida. Las ventanas estaban abiertas al aire tem
decía Karla, su voz un ronroneo bajo.
el mismo timbre profundo que
se más a él. "Esa excusa del viaje de negocios. Tú, despidiendo a
mpo se
icho que estaba cerrando un trato, que necesitaba a sus hombres de confianza con él. Había despedido al equipo
na llamada de negoc
as yo entré a la casa por cinco minutos. Se había metido al agua. Si
un sudario, abrazándome mientras lloraba, diciéndome que lo superaríamos juntos. Me
compartida. Era mi prisi
orrón de verde y gris. Me arrodillé ante la tumba de L
za. Amad
nido mi vida adulta, no solo se desvaneció. Se agrió. Se retorció e
era Elías esta vez. La panta
una vida de ciencia y laboratorios y hechos
voz una cosa
ani
amaba para saber cómo es
daban comenzaron a caer. Lágrima
bras arrancándose de mi alma. "El procedimi
a línea. "Valeria, aún no e
en el nombre de mi hijo tallado en piedra

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