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Historia
El Fantasma del Sindicato: La Reina Olvidada del Don

El Fantasma del Sindicato: La Reina Olvidada del Don

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1275    |    Actualizado en: 24/10/2025

de nuestro hijo muerto. Mi esposo, Elías, me sostuvo a través de todo. Pero una visita al

on su amante el día que nuestro hijo murió, después de haber despedido a

sar por loca. Su madre me acusó de lastimar al niño, y Elías me castigó encerrándom

cieron que desenterraran la tumba de mi bebé. En un yate, Elía

a orilla, su amante me esperaba para darme el golpe final, el que me destroza

un procedimiento experimental y le hice mi petición: borra los últimos diez a

ítu

vista d

de defunción de mi hijo muerto fue el día

r tan profundo que había olvidado el ritmo de mi propia respira

izaba cada año en el aniversario de su muerte. Las luces fluorescentes del edificio gubern

r hacia la empleada, una mujer con ojos cansados y u

nombre, luego e

s Ga

a por todo el norte del país, oculto bajo una fachada de negocios legítimos. Para el mundo, era un titán de la industria. Para los que sabían, era el Don de la Or

nces necesita una copia del acta de Leo Garza. Puedo hacerlo. Pero el sistema me pregu

mis venas; chapoteó, fría y naus

Sí. Dice aquí que Elías Garza tiene otro

nt

a mujer que había intentado colarse en mi boda, con los ojos ardiendo de un hambre desesperada mientras miraba a Elías. La mujer

en mi bolso. Un

i amor. Sé que hoy

rrebaté la impresión de la mano de Brenda sin decir una palabra más y me dirigí hacia la

. Una casa de lujo en una colonia bonita. Una colo

calle, mis manos temblando sob

s del niño resonando en la calle tranquila. Karla estaba en la puerta, con la mano apoyada en el brazo

ia era u

vida. Las ventanas estaban abiertas al aire tem

decía Karla, su voz un ronroneo bajo.

el mismo timbre profundo que

se más a él. "Esa excusa del viaje de negocios. Tú, despidiendo a

mpo se

icho que estaba cerrando un trato, que necesitaba a sus hombres de confianza con él. Había despedido al equipo

na llamada de negoc

as yo entré a la casa por cinco minutos. Se había metido al agua. Si

un sudario, abrazándome mientras lloraba, diciéndome que lo superaríamos juntos. Me

compartida. Era mi prisi

orrón de verde y gris. Me arrodillé ante la tumba de L

za. Amad

nido mi vida adulta, no solo se desvaneció. Se agrió. Se retorció e

era Elías esta vez. La panta

una vida de ciencia y laboratorios y hechos

voz una cosa

ani

amaba para saber cómo es

daban comenzaron a caer. Lágrima

bras arrancándose de mi alma. "El procedimi

a línea. "Valeria, aún no e

en el nombre de mi hijo tallado en piedra

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