ía
da, la prestigiosa escuela de arte en la Ciudad de México. Sueños de g
a devorado todo. Mi fondo para la universidad fue desviado para sus "especiali
bía llegado a mi bandeja de entrada unas horas después de mi aceptación. Un coche m
l comedor formal brillaba a la luz de las velas, un festí
cuperación
ora con un vestido de seda. Mi madre la mimaba, mi pa
fantasma e
nte finalmente levantó la vista
Ven, s
en, no una
firme junto
su papel a la perfecci
s pelarme una uva? Mis
es de que se desvaneciera. Tomó una uva, sus manos grandes y capaces -manos que habían construido un imperio c
rompió. Silenciosamen
vuelta
madre, la palabra cortand
-añadió mi padre, su tono gotean
la cárcel no me había roto; había sido mi universidad. Había aprendido a sobrevivir. A escuchar. Y para navegar las
da palabra
la bodega. Caminé directamente a través del gran vestíbulo, pasando la mira
inando, por el largo y cuidado camino de entrada, ha
os zapatos de la prisión tocaron el
cumpl
vidado. Otro pedazo de
ba yendo. Los e

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