sta de Juli
manas, no salí
a física, un muro de fuego
mplemente existí en el silencioso apartamento bl
iaje de negocios", su ausencia
a esconderme
idad de la Fundación
gésimo cumpleaños de Leonor Bravo, y
baile, todo sonrisas y fingid
ubo una crisis con nuestros servidores en Tokio. Tuve que irme de inmediato. No
Solo asentí, una muñeca silencios
s Bravo, un lugar que siempre se
matriarca de la familia, su postura tan r
ndo íntimamente,
do el sentido de la pal
y afilados como esquirlas
n su rostro
rende que tengas el descaro de mostrar tu cara des
paso adelante con una sonrisa inc
onor, dándome la espalda para
le, mi corazón un peso
pizca de su aprobación, había pasado los últimos tr
la del jardín de rosas de la finca,
ción, las gotas de rocío en los pé
trabajo que
grande, plano y bellame
os, "Julieta ha estado trabajando incans
ulloso y amoroso. La act
onada, pero permitió que le
lo, ent
có el
ala
mi pi
to horrible
uto y andrajoso velo de novia, sostenie
y explícita al escándal
só de pálido a un carm
o de rabia. "¿Cómo te atreves a traer esta..
tiéndose en agua helada en mis
ta, quien dio un paso adelante co
¿Cómo pudiste s
r, con los ojos muy abierto
humor de Julieta puede ser... inusual. Mira, te traje
yordomo, quien trajo
lo. Mi
se suavizó por una fracción de segundo mien
ota. Gracias, querida.
cerrado. El monta
i ofrenda sincera en una declaración de guerra y roband
leja
ara de decepción, su silencio un
e condenaban y
to frío y duro
é de la fiesta, lejos de
cesitab
ombres grandes con trajes negros -la seguridad pr
os que había servido a la familia durante cuar
calidez. "La señora Bravo ha ordenado que la retiren
que eso s
astigo brutal y arcaico para aquellos que
especto, pero nunca pens
oz temblando, buscando a m
multitud, su ro
lo discúlpat
liqué. "Alejandro, sab
la, que observaba con o
oder, todo su futuro
la mira
te", dijo, su vo
do. La tra
ña sensación de
mbros y miré a
on a la puer
e la casa, a un pequeño edificio de p
ancestral d
acía frío
rrodillarme en e
ra larga y delgada
la Matriarca", entonó, como
zó en mi espalda con u
y eléctrico rec
dome el labio
olpe.
mi vestid
lida de la sangre comenzando a
i mente se despre
habitación de piedra.
a con
a y do
dolor era un
a y un
de cuántas vec
una agonía cr
dar vueltas, los bo
r completo, un último pensam
ltima vez qu
sangrante, se desplomó sobre

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