De esposa de la mafia a reina del rival

a prueba de embarazo. Este bebé era mi victoria, el heredero que finalmente aseguraría mi lugar como la esposa del capo Marco Vi

cía: "¡BESO APASIONADO DEL CAPO MARCO VILLARREAL EN UN ANTRO!". Era él, mi es

. Se quejó de que su madre le rogaba por un heredero, completamente inconsciente del secret

tó con mi chica. T

Moreno, el despiadado Don

so, diciéndole a la otra mujer: "Te amo. Elena... eso es solo un negocio". Mis quince años de lea

Marco ya estaba robando nuestros bienes compartidos para con

íos y calculadores. "Únete a mí. Construi

ítu

na

uando vi las dos líne

s, y miré la prueba de embarazo positiva que yacía sobre la impecable encimera. Una risa se escapó de mis labios, acuosa y frágil. Después de años de consult

rma n

ebé de Marco.

selo a Marco. No ahora, no cuando estaba en alguna reunión nocturna, sino en la fiesta de cumpleaños de su madre la próxima semana. Frente a todos. Frente a la matriarca Villarreal, l

otra vez. Una ráfaga de noti

o con un titular escandaloso: "¡BESO APASION

adolescentes robándonos besos detrás de la iglesia. El hombre que había pasado de ser un simple sicario a uno de los jefes de plaza más temidos del Cártel de los Halcones, conmigo a su lado en cada paso del camino. Yo había lavado sus primeras gan

edadas en su cabello oscuro, su cuerpo presionado contra el de

ietantemente a mí, solo

e nuevo. Deslicé para contest

todo. "¡Ustedes dos siguen tan ardientes después de todos estos a

decirle la verdad. Podría hacer añicos su imagen perfecta de nosotros. Pero el or

xtrañamente distante. "Supongo que esa fue su forma de re

ja de poder definitiva. ¡Nos ve

lg

No me di cuenta. Mis ojos estaban fijos en la prueba de embarazo. Dos líneas

rotas. Marco, jurando sobre la tumba de su padre honrarme de por vida. Marco, susurrando mi nombre después de que cerramos nuestro

l se cerró horas d

con el saco del traje colgado del hombro. Estaba borracho. Encendió la luz principal,

ló, atrayéndome a sus brazos. Olía a whisky y a un p

ela estuvo otra vez con lo mismo esta noche. Llorando. Rogándo

dentro de mi corazón destrozado. Esperaría. Esperaría a la fiesta de su madre. Lo anunciaría entonces

no, olvidado en el suelo, se iluminó con

tó con mi chica. T

do al final me

toriamente temerario Don de