La heredera repudiada por mi esposo

sposo, Dante "El Lobo" Herrera, el despiadado rey del narco a quien le había sa

-espetó, y luego colgó. Una hora

te. Había enviado a su equipo de cirujanos de clase mundial para asistir el

ondo, pidiéndole que volviera a la cama. Incluso olvidó que mi hermano había muerto, ofrecién

garan. Ahora, estaba abrazando a esa misma persona, Sofía Garza. Luego vino el golpe final: una llamada de

muriera en un accidente de coche por Sofía, hice una llamada. Le envié un mensaje de texto a un hereder

ítu

de E

i esposo, el monitor cardíaco de mi he

ra, mi voz era un susurro ronco y quebr

cabeza, su rostro un

Ni los especialistas. Usted dijo que e

al que cuidé hasta que se recuperó en mi pequeño departamento de la colonia. El hombre que se abrió paso a la cima del bajo mundo de Monterrey, construyendo su p

que ya deberí

ada se

e Dante sonó cor

ome la garganta-. Se está muriendo, Dant

emergencia -dijo secam

ité, con la mirada fija en la línea roja irregular del m

Elara -suspiró, un sonido de

había colgado. Intenté llamar de nuevo.

go y continuo

an

na

del mundo

eta. El calor comenzó a desvanecerse. Mi teléfono se me resba

no se ha

quedé ahí sentada, solo sosteniendo su mano. Una hora después, mi teléfono

ujer de mi pasado que deseaba desesperada

fectos. Dante también estaba en la foto, sonriendo suavemente mientras acariciaba a uno de

ya es mamá! ¡Un enorme agradecimiento a los mejores veterinarios de

. Al Dr. Alcocer y su equipo. La

merge

gentil Luca, que sufría de un cáncer raro y agresivo, estaba muerto porque la amante de Dante Herrer

e hizo añicos en un millón d

a Vega. Un viejo conocido de la preparatoria, el heredero de la poderosa Familia De la Vega. Me había ofrecido ayuda una vez, hacía muc

*Necesito desaparecer.

llegó en meno

rles de Gaulle,

. Una salida

ierna de Dante, una sonrisa que no me había dedica

ad, una fortaleza que había construido para nosotros. "Nuestro hogar", había susurra

ntira.

a búsqueda rápida en el blog privado de Sofía, cuya con

con ella. E

os me desgarraban, crudos y silenciosos. Mi mundo se había ido. Y uno nuev

gan