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Historia
Heredera Traicionada: Mi Dulce Boda de Venganza

Heredera Traicionada: Mi Dulce Boda de Venganza

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:2329    |    Actualizado en: 11/11/2025

a fortuna para estar con mi novio, Eugenio. Lo seguí por todo

para ir con su primer amor, Brenda, quie

una selfie íntima con él

eo de él en un bar, r

onriendo con suficiencia a la cámara-. Un collar n

icio, todo reducido a esa palabra. Me di cuenta

de ida a la Ciudad de México y le envié un

en volver a casa

ítu

ista de Ji

novio, Eugenio Herrera, me dejó plantada para irse con su primer

n como un abrazo. Pero hoy, se sentía empalagoso, cargado de decepción. Había pasado toda la mañana preparando un festín para dos: el pavo, una cremosa cazuela de ejotes justo como le gustaba

haber llegado

simple "¿Todo bien?", enviado hace cuarenta y cinco minutos, seguía sin respuesta. Un nudo frío y familiar se apre

n hábito para adormecer la creciente inquietud.

tó la res

recía grasa en su mejilla. Detrás de ella, desenfocado pero inconfundible, estaba Eugenio. Estaba de rodillas, trabajando en las tuberías debajo d

de una inundación en pleno Thanksgiving. Hay gente que simplemente

hér

tía como una actuación diseñada para una audiencia de una sola persona: yo. El emo

su rostro. Era la sonrisa suave y desprotegida que rara vez me dedicaba ya, aquella de la qu

tas horas de la noche, las frases de "solo somos amigos", todo encajó, formando una imagen tan clara y devastadora como la que estaba en

me daba náuseas. Tomé mi celular y

mina

y marqué un número que n

con la voz firm

pués, mi celular

significa eso? No se

vibra

parando un sándwich. Llego en una hora y

da caliente y una sonrisa forzada, lista para ser apaciguada con un beso y una disculpa a medias. Siempre creyó q

a Monterrey, dejando atrás a mi familia y una prometedora carrera en la Ciudad de México. Acepté un trabajo de bajo perfil como dibujante en un pequeño despac

pequeña para ca

pequeña. Ya no iba a

ó, y supe que no le daría importancia. Estaba co

una notificación, pero no era de Eugen

producir antes de que una fría se

de Brenda estaba en una pequeña ventana en la esquina, con aire de suficiencia. La pantalla principal most

mos"? -preguntó uno de sus amigos

cerveza y se encogió de hombros, co

quiere atención. Es Acción de Gracias. Seguro está

gos se

era la vas

ender. Se le pasará. Siempre se le pasa. -Luego miró directamente a la cámara de su laptop, sus ojos en

a pantalla, como si pudiera acaricia

empezaron

güey! ¡Es obvio que si

copia y quédate

isita, un sonido r

onciliarse con Jimena. No está bien. -Sus palabras eran

aún más. Volvió a negar con la ca

Un collar nuevo o un viaje de fin de semana,

deo t

de mí. Siete años de amor, de sacrificio, de construir una vi

a biblioteca, la luz del sol atrapada en su cabello oscuro, riéndose de algo que un amigo decía. Quedé instantánea e irrevocablemente prendada. Pasé u

y suavemente me acomodó un mechón de cabello rebelde detrás de la oreja. "De hecho", había dicho, su voz un murmullo grave, "estaba a punto de invitarte a salir". Me

siempre, que era el comienzo perfecto

do, como una fotografía dejada al sol,

ábamos en la cama, enredados en las sábanas después de hacer el amor, y en

vez que sentí el agarre helado de la inseguridad. No nos hablamos durante tres días. Finalmente rompió el silencio, apareciendo en

bía explicado, su voz áspera por la fatiga-. Me

amaba. Quería creerle. Así que lo hice. Acepté el relicario, dej

u pasado, una sombra que no podía tocar la brillante y sólida realidad de nuestro amor. Cre

decidió mudarse a Monterrey después de graduarse, no lo dudé. Me peleé con mi familia, le di la espalda a la vida que habían planeado para mí y lo seguí sin pensarlo dos veces. Las palabras

cía que me amaba antes de dormir. Prometió que nos casaríamos, que construiríamos la casa de nuestros sueños juntos, que ca

on a desmoronarse. Empezaron las llamadas a altas horas de la noche. Las citas canc

taba, las cosas que me compraba, los lugares a los que me llevaba, todo era un ensayo. Estaba practicando conmigo, perfeccionando el papel del novio devoto para el día en que la verdadera estrella de su espect

a para pasar el tiempo hasta que su verd

s festivos juntos? Probablemente n

olvidado.

amilias poderosas. Con Kael Osorio. Apenas lo conocía, pero conocía su reputación. Brillante, implacable, el CEO hecho a sí mismo de Vanguard

e limpio. Una nueva vida. Un futuro en el que nunca

lviéndome al presente. Era un m

aste? Deja este juego ridículo. Voy para

sonrisa amarga se d

ía. Todavía pensaba

edos moviéndose con una velocidad

gues, ya me habré ido. Regreso a

espuesta. Apagué mi celu

bado. De ver

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