empezado con el r
do: Caiden llegó a casa pasada la median
el hogar que compartían se habían
an a breves asentimientos. Intercambiar una simple palabra se sentía como una extrav
otamiento se apo
un matrimonio así? Seguir junt
dos apretando el teléfono,
hasta que por fin alguien contestó. Pero la voz que
ave y gentil, pero un tono gélid
reguntó con una vo
apretó el celular con más fuerza. Le costó un
ucha. Le diré que te
Cuando finalmente habló, salió fir
llamada abr
el divorcio, pero en el fondo de su corazón
marcó el número de su abogado, dándole instrucci
el regreso de Jessica solo agudizaba la verdad. Era hor
.
ón para el insomnio y se sumió en
cómo el colchón se hundía un poco a su lado, co
abrazo frío pero terribl
deslizaron por sus mejillas y finalmente r
sentido desde hacía mucho tiempo y que le resul
sueño cruel, pero su cuerpo se negaba a obedecer. La oscuridad la
iente, su mano se extendió instinti
as estaba
onrisa iróni
sentido la noche anterior no
que se quedó un rato más en la cama, acurrucada entr
as escaleras, el reloj s
bañado en un suave resplandor de luz solar. La luz de la mañana
a de su cuello y un pálido destello de sus clavículas, mientras su cabeza, apenas i
largos y fuertes, mientras la otra sostenía una delicada taza de porcelana de la que se
aba que apareci
sin saber cómo salvar la distanci
cular algo que decir, la voz alegre
hombre levantó la c
Los ojos de él, fríos e indescifrables, se apartar
. La luz de la mañana se posaba en sus pestañas bajas, lo hacía p
gura tallada en la quietud, envuelto en una
ado, se acomodó en su asiento y removió dist
oscaba con la luz tenue, suavizando los co
interrumpido únicamente por el leve tintineo de los
desapegada, rompió la q
detuvo, con la cuchar
revista financiera. En la portada, una foto de él en la Torre Perla la no
e, había sido su terce

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