SU CIERVA, SU CONDENA: una historia romántica erótica del billonario / Capítulo 2 Su nuevo objetivo | 5.00%vista d
e que te
l amor de
s retumbaron
salió ningún sonido. Mi cerebro era inc
ndo Tyler me soltó la
oz tan pequeña que soné como una
spreocupada. "Oh, hermana, ¿aún no lo entiendes?". Inclinó la cabeza, con los ojos brilla
on. "Se suponía que debías m
Pero entonces me di cuenta de que no mereces ser feli
ejilla de Tyl
tono suplicante, le pedí: "Por favor, dime que no es verdad,
os ojos. "Es verdad, Meadow. ¿Por qué crees que nunca quise acostarme conti
preguntó Juniper burlona. "¿Que se enamoró por
e contó todo sobre ti incluso antes de que te conociera. Tus hábitos, tus inseguridades, tus gustos en
Todo me dolía. La cabez
te esto? ¿Desde
iper se ensanchó.
eté. "¿Por qué m
que verte destrozada es lo únic
rme a nada mientras sollozaba sin co
n falsa ternura. Era tan desgarrador que alguien qu
o una perra conmigo desd
e pudiera oler la mezcla de sexo y sudor en su piel. "Eso es
oy un poco decepcionada de que no se acostara contigo. Habría sido mucho má
avor... dime que todo lo que tuvimos no fue una
a con lágrimas en los ojos, sa
. Tenerlas a las dos aquí. Es como mirar a la misma persona. Solo que.
última vez. "¿Te importa? Tenemos que terminar lo que empezamos. Estoy cachonda c
poder hacer algo más. Que hubiera alguna
o habí
as de rabia de los ojos, aunque me sintiera pat
.
por f
ue me bebí de inmediato, sintiendo cómo el licor me quem
de salir del hotel, sin mis pertenencias, caminé sin rum
bur
n mi nuevo esposo, no bebiendo para olvidar
tomado por tonta. Que fui tan estúpida y dejé que mis sent
a la quemazón. La música alta entraba por
era
o
ón por la que me había
da de alguien quemándome desde atrás, hacie
e vo
so", dijo el camarero distraído mientra
cabeza, preguntándome si sus
í. "Ahora mismo te está mirando el soltero más inaccesible e inabordable
podía oír los latidos de mi propio cor
piración, duda
é en la dirección que el
que vi fu
ro sabía que estaba hecho de diamantes negros, si las luces es
lo aguda que era mi vista, pude ver un tatuaje q
odo lo que
como si dominara el mundo. Y aunque no podía verle la
e pa
dad? No, era
a acercarme a él, a enfrentarme a él y pregun
rar al camarero. "¿Quién es ese?",
rero se tensó. "Ese
etó en la boca
a ese
za. "Y parece que ha enco

GOOGLE PLAY