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gistro Civil, luchando por no llorar aunque cada parpadeo le escocía. Su maquillaj
"¿Kyle, no hay ninguna manera de que podamos arreglar esto? No me importa lo difícil que s
Le costó hablar; la voz le salía áspera de la emoción. "Allie, ambos hemos estado de acuerdo. Est
le empapaban la camisa mientras se aferraba a él. Una y otra vez, su voz se abrí
an poca esperanza. "Sé que has sufrido mucho. Pero es mi mamá. Tienes que entenderlo, Al
s cosas. Con la compostura destrozada, sollozó abiertamente. Ya no era la muje
ieto. Pasaron dos años sin que llegara el bebé, y la p
labras con incredulidad. Ese papel puso fin a su matrimon
a miró con el rostro marcado por la preocupa
Aunque había conseguido dejar de llorar durante la espera,
ellos había
mbro, temiendo que se derrumbara justo frent
más dolor que consuelo. "Acabo de firmar mi divorcio del homb
enza asomándose en su expres
de un manotazo y se m
o suficiente
e salía de su boca era "lo siento" o alg
realmente libre para ser su esposo, y aquí estaba ella, aferrada a
marcada por el portazo. Cuando el vehículo se alejó, por fin miró
mano antes de que pudie
la llamada, con el decreto oficia
naba con una alegría que no disimulaba. "¡Ya era hora! Esa mujer
de la nariz. "Mamá, ¿nece
en servirse una c
erriza a las dos. Asegúrate de traerla aquí. El
o por fin libre, y la mujer que ella había
creto de divorcio a la guantera y colgando la l
on regresó a lo que
que una vez lo llenó de risas y amor se había
pio por su modesto origen. Pero eso nunca la asustó. Era la mejor de su clase en una universidad de renombre: decidida, inteligente y hermosa de una manera que despertaba
ue su familia cedió, convenciéndose por fin de que Allison le vendría bien y quizá incluso l
amargura hacia la familia Clark crecía cada día, alimentada por sus creencias pasadas de moda, y la decepción hacia Kyle e
de sí misma se la había en
la cabeza con las sábanas, rezando
uerdos de él. Su aroma aún impregnaba cada superficie, es
alcón en busca de alivio. Allí encontró los cigarril
ue el humo le llenara los pulmones. Entonces se dio cu
risas, el balcón donde contemplaban juntos las luces de la ciudad. Aquel viaje invernal a su ciudad na
ron juntas mientras ter
a, hizo las maletas y
ingún plan
istanciarse de cualquier co
lidas, escudriñando nombres desconocidos hasta que Blirson se
continuación, envió un rápido mensaje a su mejor amiga, Tricia Saunders, con nada
s rígidos miembros y se unió a la multitud que se dirig
con vendedores pregonando sus mercancías y taxistas llamando a los cli
calles, hasta que descubrió un apartamento de dos habitaciones sin nada especial. Casi
y la gente estaba muy unida. Curiosa por su entorno, decidió explorar las manzanas cercanas,
úsculo ya había teñido el cielo de un azul intenso. El cansancio la invadía, pero no podía descan
cer, ató dos bolsas llen
dispuesta a dar por terminada la noche. Un gemido suave
llanto de un niño a esas horas? Corrió hacia el edific
a su imaginación: un bebé lloraba de verdad, y el son
erara de ella, encendió la linterna de
ulto junto al contenedor, y el déb
pequeñito, con la cara enrojecida por el llanto y l
e alguien lo ha

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