Toled
auma. Yo me senté junto a su cama, un nudo de angustia en el estómago. La herida en su pi
, era una vieja tradición. Una conexión casi telepática, decían, entre esposos de los linajes To
vié, intentando proyectar mi pr
e suponía inquebrantable, estaba
bruscamente. Damián. No me
z desprovista de verdadera p
ián. Necesita atención médica urgente. ¿Puedes quedarte con él mientras yo voy por sus medicam
está muy afectada por el incendio. Leo también. N
o, empezó a arder. "¡Tu hijo está
tar en dos lugares a la vez. Y Leo está muy sensibl
su padre! ¡Lo dejaste en la clínica en llamas! ¡
ndo a quien más lo necesitaba en ese momento. Leo es más pequeño,
pierna rota! ¡Estaba herido! ¿Cómo es
. "¡Eso es lo que te dijo para que le tuv
earon como bofetadas
n peligro, Damián. ¿Y a ti lo único
a necesitado. Y tú... tú siempre puedes con todo, ¿no? Eres fue
, esa que sentíamos cuando estábamos cerca, se había vuelto fría, me
o estaba en la misma cama. Las veces que intenté hablarle de Mateo, de sus logros
n de que yo lo había engañado para casarse con él. Un malentendido orquestado por Eugenia, qu
sicas, por horribles que fueran, eran menos dolorosas que esta h
o. Los había escondido allí hace meses, cuando la ausencia de Damián se hizo insoportable, pero nunca los
zás, Damián camb
mis labios. Tenía que intentar

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