img De manos de cirujano a fuego vengador  /  Capítulo 5 | 19.23%
Instalar App
Historia

Capítulo 5

Palabras:1032    |    Actualizado en: Hoy, a las 10:07

ista de Br

ágil nueva vida que intentaba construir. Las palabras de Damián, sus reclamos posesivos, me arañaba

rayas de color. Mi mano herida palpitaba, un recordatorio con

udillos blanco

Siempre lo has sido

mis ojos ardiendo

y de nadie. Y si me obligas

un sonido

piento de algo cuando se trata de

rla. Su rostro se suavizó, un marcado contraste con las

el teléfono, su voz cargada de una pr

momento, su ros

! ¡Eso es

ardiendo con una r

condición de su madre ha empeorado. Dicen

mirada, mi

esto está fuera de mi control.

rre en el vol

ar de karma! ¡Tú eres la que i

inquebrantable-. Y lo sabes. Quizás el problema n

ntina me lanzó hacia adelante, mi cabeza golpeando el tab

a máscara de pura rabia-. ¡Fuera, Brenda! ¡No

puerta, sus

aldición! ¡Una nube neg

Esto no era amor. Era obsesión, control. Y ahora,

frío, cortante. Se alejó a toda velocidad, dejándome sola en la opr

i corazón sintiéndose tan hueco como la calle abandonada. Entonces, un e

d, sus rostros oscurecidos por la tenue lu

no de ellos con lascivia, su voz tosca,

ico en mi pecho. Mi mano herida palpitab

z temblorosa, pero intenté p

de sonidos burlon

en tiene una brav

sus dedos grasientos rozando mi

es! -siseé,

uerte, sus o

ente bravucona

s de escape. Mi mente corría, desesperada por un plan, cualqu

hora, tratando de canalizar el desafío que una vez a

n, sin imp

a. La que fue echada por su esp

án. Debió haberlos enviado

n? -exigí, m

anchándose, revelando dientes podridos-. Y quizás un mensaje

aba a Damián, pero no dejaría que me profanaran de esta

. Su recuerdo alimentó una ol

ía sin

ía, me abalancé, apuntando a la entrepierna del líder. Gruñó

la ignoré, llevando mi cuerpo a sus límites. Corrí a ciegas, dese

agua oscura en la distancia.

vez más fuertes, más cercanos. Oí un chap

heladas, el shock del agua fría quitándome el aliento. S

o aún lo suficientemente claras como para e

agua! -gritó

ue se escape

e no reconocí, ba

ue sepa quién los envió. Díga

rl

no era solo Damián. Era Karla. La mujer que había matad

más clara que nunca. Esto no era solo sobre supervivencia. E

a pagar

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY