Garz
vés del suelo. Camila se quedó en su habitación esa noche, sus susurros ahogados y risitas ocasionale
Cada tic-tac del reloj era un paso más cerca de la libertad, y una vida más lejos de él. Me palp
do rastro de Alejandro de mi existencia, tanto física como digital. Mi habitación, que una vez fue una explosión caótica de telas y bocetos insp
as. Su felicidad, transmitida para que el mundo la viera, era un recordatorio constante y abrasador de mi propia devastación silenciosa. Nuestros caminos se habían separado por comp
sonó, una intrusión b
uché rápidamente, el agua caliente un alivio temporal del dolor frío en mi interior. Mientras me vestía, vislumbré mi reflejo.
imo adiós a este pueblo sofocante. Debatí saltármela, pero una parte obstinada d
s, rostros familiares en un paisaje desconocido, me saludaron con abrazos y charlas emociona
ó Sara, mi amiga más antigua
nrisa, levan
zos -repetí, las palab
asentó en un calor sordo en mi estómago. Quería sentir algo más qu
úsica parecía más fuerte, la risa más genuina. Una ligereza vertiginosa se apoderó de
e -le murmuré a Sara, al
de la fiesta. Caminé sin rumbo, dejando que la brisa acariciara mi rostro
jan
za echada hacia atrás en una carcajada. Se veía encantador sin esfuerzo, carismático, el centro
r la mirada, darme la vuelta, disolverme en las sombras. Pero mis pies se sent
as, con las cabezas juntas, se rieron-. ¡A
cia ellas, la neblina del alcoho
alabra fue u
un poco loca tratando de que él hablara con Sofía, y él simplemente explotó. Dijo qu
o y peligroso, se encendió en mi pecho, una brasa desesperada y moribunda. Pero ent
llas. Conocía su voz. El
. Porque estaba cansado de mi supuesto "drama". Porque estaba can
más fuerte esta vez. El alcohol, e
cortando la neblina. Él nunca me amó. Solo ama
o. Había sido posesivo. No había estado alentando mis sueños. Los había estado m
se estaba despojand
l. Implacable. Y abso
de estabilizarme. Mi cabeza daba v
mano se posó en mi brazo. Un agarre firme. M
jan
s, nublados con algo que no pude descifrar.
tás bien? Te
a ternura de años atrás, envió un escalofrío por mi espalda. Mi cuerpo reaccionó antes de que
ería decir tantas cosas. Me voy. V
y melodiosa cortó el aire,
ariño! ¡A
mi
fante sonrisa en su rostro. Corrió hacia Alejandro, rodeando
r todas partes! ¿Por qu
us ojos, que habían mantenido esa emoción indescifrable, ahora se en
re, mi amor. Y encontré a S
una fracción de segundo, luego reaparecie
Te ves un poco mareada.
surrando lo suficientemen
an frágil, ¿no
e que una vez llenó mi mundo de calidez. Levant
Te llevaré a cas
o engreído y victorioso en sus profundidades. Se fueron, su brazo todavía alrededo
cabeza estaba clara ahora, la neblina del alcohol completamente desaparecida, reemplazad
ras? -La voz de Sara, teñida de
as lágrimas corrían por mi rostro, calientes y silenciosas
demasiado ponche,
fruncido-. Y acabo de ver a Alejandro irse con C
plana-. Pero luego camb
sus
o contigo, siempre cuidándote. -Me apretó el brazo-. Recuerdo cuando se mudó por
mayor. Inseparables. El pasado, idealizado y distorsiona
sta de emoción-. La gente cambia. Ambo
lgica en su rostro-. Es una lástima. Us
al. Una ilusión.
ofundo cansancio apoderándos
ndose como un adiós a una parte de mí misma. Al salir, la lluvia había com
estacionado justo al final de la calle. Camila, con la cab
ventanilla, su e
estado esperando. Sube, te llevo a ca
tándome la chaqueta con
-. Está lloviendo a cánta
sonrisa empalagosamen
te preocupes, Sofía, no nos importa. Estamos acostumbrados a que nos acomp
Paseo familiar. La vieja dinámica
abía terminado. Que me iba. Q
luego a Camila, y de nuevo a Alejandro. Su rostro e
je, mi voz ape
dentro, la tela fría y húmeda de mi
través de los charcos. Camila, en el asiento de
ndo en mis huesos. Alejandro se estiró, tomó una manta de
princesa -murmuró, s
o por mí. Arropándome, cubriéndome con una manta cuando me quedaba dormida e
parte de atrás. La lluvia corría por las ventanillas, reflejando la
l e innegable. Él nunca me el
ía que dejarlo ir. Y tení

GOOGLE PLAY