uestra boda. Alejandro siempre había sido reservado con su escritura, afirmando que contenía sus pensamientos más profundos, demasiado sagrados
do lo que nunca supe que necesitaba.* Cada entrada era una declaración de amor, una promesa de devoción eterna. Había escrito sobre mi amabilidad, mi inteligencia, mi "espíritu inquebrantable". Había
o una burla cruel ahora, huecas y sin sentido. Este hombre, que había escrito sentimientos tan tiernos, era el mismo hombre que acababa de usarme como una tapadera conveniente para su sórdido romance, que
ocer. Con una repentina y visceral oleada de repulsión, arranqué página tras página, convirtiendo sus elocuentes mentiras en confeti. Luego, caminé hacia la chimenea, ence
ocultado el diario. Una pequeña caja de madera intrincadamente tallada. Tenía un cierre delicado, casi invisible
rillaban con un destello travieso. Estaba sonriendo, una sonrisa radiante y desinhibida. Me resultaba famil
enético contra mis costillas. Su caligrafía, en bucles y audaz, cubría el reverso. *Para
La fecha de mi boda.
yo de 2012. El día en que Alejandro Garza se había parado frente a mí, me había mirado a los ojos y había jurado amarme
ba al principio mismo de nuestro matrimonio. Toda mi relación, toda nuestra vida juntos, era una farsa. Una ilusión cuidad
abía atesorado, estaban construidos sobre arenas movedizas. No solo me había roto el corazón; había destrozado mi realidad. Lo odiaba. Odiaba sus mentiras, su arr
dos entumecidos. La pantalla se iluminó, mostrando mi feed de redes sociales. Y ahí estaba. Una publicación de Sofía Montes. Una foto de ella y A
rios escenarios íntimos con Sofía. Alejandro besándola. Alejandro tomándola de la mano. Alejandro, con el brazo alrededor de ella, su rostro radiante mientras miraba su vientre hinchad
re me ha amado a mí, Natalia. Tú solo fuiste el comodín. ¿Y esa 'medicina' que te di
asalto psicológico, un desmantelamiento sistemático de mi identidad, mi feminidad, mi propósito mismo. Me había envenenado, manipulado, ro
iante, bloqueé el número de Sofía. La rabia que me había consumido fue reemplazada por una pre
a cacofonía en mi cabeza. No dormí. Trazé un plan. La gran celebración de cumpleaños que Alejandro ha
junto a mi cama, su rostro grabado con preocup
quise dejarte sola anoche. Ese proble
do escalofríos de repulsión por
pel de lija contra mis nervios en carne vi
dije, mi voz plana. "So
ré, y solo vi a un extra
estado pensando. Te he descuidado. He estado tan concentrado en el trabajo. Pero no más
tocó mis labios.
ntusiasmo. "C
ría. Necesito tomar algunas decisiones ejecutivas. Segundo, quiero una revisión completa de los sistemas de seguridad en el penthouse. Tercero..
xtendió por su rostro. Eran peticiones triviales, fácilmente
or ti". Sonrió, claramente pensando que se había
s. Para mi celebración de cumpleaños esta noche. Quiero algo.
me. "¿Una sorpresa? ¿Qué tipo de
le. "Oh, solo el tipo de sorpresa

GOOGLE PLAY