Instalar App
Historia

Capítulo 4

Palabras:1410    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:06

de la productividad. Caminé a través de él, mi mente centrada en la próxima reunión de la junta, los planes para expandir nuestro imperio tecnológico. Ento

ojos abiertos y llorosos, una imag

que ayudarme! -gritó, su voz reso

gía nerviosa se extendió por la multitud. Sentí una olea

provista de la irritación que sentía burbujear bajo

ágrimas corría

correos anónimos, amenazando con exponerme, llamándome rompehogares! ¡Nadie me cont

lgunos rostros parecían comprensivos con C

alguien-. Atacar a

da -declaré, mi voz firme, mi mirada inquebrantabl

su rostro una máscara de furia controlada. Sus ojos se posaron en Carmen, luego en mí.

guda-. ¿Qué significa esto? ¿P

tón frío y doloroso. Ni siquie

lla vino aquí, montando

e de arruinar su vida, difundiendo rumores maliciosos. -Me mir

is labios-. Prefiero pelear mis batallas de frente, Carlos. A diferencia de algunas

ligrosa-. Celosa de que Carmen finalmente esté encontrando algo d

i ira justificada. Se giró, atrayendo a Carmen más cerca, y se alejaron, dejándome de pi

olor agudo me atravesó el cráneo, seguido de una ola de mareo tan intensa que me ta

ancia! -gritó una vo

hospital, el olor estéril quemándome las fosas nasales. El mi

ustia emocional. Este bebé, Alejandra, ya es un embarazo de alto riesgo. Si no te calmas, podríamos perderlo. -Hizo u

ebé. Mi bebé milagro. Lo único que me quedab

a que hacer -susu

más. Estaba de

terminar con esto. Mientras me acercaba a su oficina, vi a Carmen, con el brazo en un cabestrillo, cha

ló, reemplazada por una m

... no debería est

mi voz fría-. Pareces

s ojos se entrecerraron cuando

reguntó, corri

omenzó Carmen, s

da fija en Carlos-. Otra vez.

mirada, luego volv

Alejandra. Como mi asistente

go. Realmente me estaba reemplazando co

a de que hablemos de un divorcio. Ya he firmado los papeles. -Saqué un do

les, su rostr

es solo un malentendido. Un contrat

n nuestra empleada doméstica, mentirme y abandonarme por ella? ¿Qué dices, Carlos? ¿Carme

arlos se conto

ate con Carmen, ahora! -siseó, su voz a

cayó de rodillas, agarran

es mi culpa! -Comenzó a golpearse, suaves y teatrales bofe

n era demasiado. Me di la vuelta para irme, p

ego, con un desplome practicado,

a con ella, cayendo por el corto tramo de escale

il, sus ojos abiertos con un fingido espanto. Carlos bajó corrien

Estás bien?

os -gimió Carmen, su voz

entarme, la cabeza me latía-. ¡Ella me a

ó con la mirada,

ionado en días, Alejandra

-protesté, una ola

brazos de Carlos, negó

lpes. Fue un accident

raron con los míos. Y en ellos, lo vi. Un destello de triu

ncha oscura se extendió por su ve

tó, agarrándose el abdom

ó la mancha que se extendía, luego a mí

rra! ¡Matast

corrió hacia la s

stallando en mi propio abdomen inferior

us ojos. Lo vi. Una breve vacilación. Pero e

Carlos! ¡Nu

, tirada en el suelo, agarrándo

ima, Alejandra. Solo qui

e emergencia y des

miré, estaban cubiertas de sangre. Mi bebé. Mi bebé milagro. Se había ido. Mi mundo, ya destrozado,

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY