o iba a morir, incluso nunca lo habría in
es que debí morir hace 300 años
ridad destruía la belleza de aquellos seres, dejando a su paso
gritos y el sonido metálico de las espadas al chocar; podía apreciar claramente como a cada minuto todo se co
para mi misma y ante mi se encontraba aquella mujer de cabellos dorados y un par de alas b
andió su espada y con gran sutileza, la hundió en el pecho de su advers
mo tiempo que sus lágrimas rodaba
ía romperse en mil pedazos; un grito desgarrador salió de mi
imas en sus ojos mientras el odio se reflejaba en ellos y sin pensarlo hundió el filo d
edé congelada ante el; su pálida tez, su oscuro cabello y su par de cuernos, no eran lo mas tenebroso en él,
sus manos. Mi cuerpo tembló ante su intimidante presencia, haciéndome retroceder sin
vamente en mi, y supe que m
ser tan frío y temido
entes a la espera de su corte, pero para mi sorpresa, enfundó
forma inexplicable, ese sentimiento fue reemplazado por una gran tranquilidad en mi agit
a batalla. Lo último que pude recordar de ese tormentoso día es el perfe
que solía leer bajo el brillante sol, pero de su boca solo pud
nios, ninguna criatura tan temida y despreciada y aún
una horrible pesadilla, la cual había creado mi subconsciente, lo único que p
me encontraba pudiesen interrumpir mi descanso. Inspeccioné brevemente con la mirada mi entorno y justo detrás de los pesados y extr
rían estar mis alas, las cuales no recuerdo cómo las perdí. Intenté correr en direcci
da en ese lu
así lo mire intentando conte
on voz temblorosa aún incrédula
—Preguntó ignorando
rré derrando
tal vez esa serían mi
ostró y con sus suaves manos l
nto compren
por su apariencia tenebrosa y la otra que p
biado, mi cuerpo se había vuelto más pronunciado, mi dorado cabell
ual amaba intensamente sin importar qué y de esa manera me entregu
sí no tendría que soportar tanto dolor al enterarme
a vez fue mi primer y preciado amor, al que había prometido permanecer a su lado pase lo que p
alejarme de él y de alguna man
ir por mis manos o entregarme al hombre que me arrebat
a ser engañada por esa persona. Tenía que regresar a
n arcángel, y esa era usando la daga de la vida. Aquella que toma tu vida pero te cumple el deseo de volver a renacer de una manera en la que deberás pagar
s más oscuras tinieblas donde sería devorada por aquellas
a daga de la vida contra ellos mismos, obligandolos a llevar consigo el to