Sedúceme si puedes, Ceo

rojo en mi mano izquierda s

ndo como el chico que ama en secreto se besa acaloradamente con una moren

sobre sus disfraces de pirata y sirena. Mientras el resto baila,

lesto y silencioso. Ese es el que estoy a punto de soltar y dejar que caiga sobre mis mejillas. Son gotas gruesas

e que lastima. Mi cerebro me grita que siga mirando para ver si encuentro a

universidad te dan la libertad que tus padres no te daban. La universidad te abraza

señ

en aquella fiesta hubo una conexión tan grande que no pudieron evitar rozar su

mi miseria. No

si me viera a la que estaría apretujando

uelo, coqueteos inusuales de estudiantes de ambos sexos borrachos que quieren algo conmigo y

var mi vaso machucado para beber de él y lo consigo. Por más que me incline sobr

el agua está fría. Al punto de ponerme

ta blanca. Levanto la vista y los ojos café de Dante se clavan en los m

lvido cómo

amigable, pero sé que está haciendo un gran esfuerzo para no

. Tomo la servilleta y asiento con una media sonrisa. Nerviosa. De pronto

erma con facilidad —le respondo, tensa,

—se ríe y se apoya contra la mesada de la cocina. Se cru

ios. Que me tenga enca

, tratando de no admitir por dentro que aq

os se encuentra algo manchada por el labial rojo de la morena. Se quita el sombrero de pirata y lo deja sobre la mesada para acomodarse el

con su mano —¿Acaso no lograste emborracharte lo suficiente y te

ome un poco. Dante baja la mirada hacia mis pechos y traga con fuerza. Apar

río, picara —. Y creo que para ti también —seña

l labial con la yema de mi dedo gordo con cierto resentimiento. Aq

he cruzado un poco la

usa, encogiéndose de hombros y sonriend

cabeza y apartándome un poco —. Creo

to desaparece y se echa a reír para luego decirme

sta sin antes regalarme un guiño de ojo mientr

rme. Ni siquiera puedo hacerlo. Me observ

morena? Cierro mi puño, sofocada y lo golpeo contra la mesada de mármol negro, furi

divino, so

undaria durante muchos años. Inclus

s padres y él ha conocido a los míos. Todo en plan de amigos, aunque nuestros grupos de amigos eran distinto

ería en cuanto supe que habíamos sido aceptado

Pero no sabía que el primer amor de mi vida seria arrastrado conmigo quitándome esa posibilidad. Al principio, no conocíamos a nadie

ha fijado en mí? Siempre

Es decir, con la intención de que sí, me cruzaba por el pasillo,

ra le gustara a Dante? ¿Este peinado me h

tirme para mí, en el fondo sabía con exactitud que tenía la esper

ocurrido. Y aquella noche comprendí que mi inten

e una vez, pero el tiempo corre y no te espera. Y te

con volver a intentarlo. Al fin y al cabo

ona más guapa del mundo. Era atractivo para mis ojos, pero no para las chicas en general. Cuando digo que un buen de chicas iban detrás de é

jos cafés y sonrisa pícar

con él aquella noche habían sido tiradas al suelo

mayor cantidad de tequila sobre la isla de la cocina. Un tequila, diez dólares. Tengo la tent

ntidos fallarían claramente si estaba borracha al borde de no llegar a re

un tema pa

estudiantes que no paraban de repartir dinero a los ganadores ambicios

sonando Hot N Cold d

con Dante con esa canción?¡¿Acaso quieres que beba hasta morir

e un cupido con una sonrisa de oreja a oreja de alitas pequ

eta. Desvió la vista hacia la isla al ver que me han deslizado un vaso peq

ido a la boca de forma rápida. Al instante siento el ardor del tequila recorrerme la garganta. Y el público

Seguro se está montando a la morena. Yo t

ndo fuerte los ojos y dejan

n un par de billetes en el escote, causando q

illitos, estatura baja y sonrisa pícara que está disfrazada de pony con un cu

do la guardia al ver que los

o a través del ruido, ace

quila se desliza en nuestra dirección y nos mira

te, bébe

mo si hubiéramos ganado la copa mundial. Un chico le da sus billetes y ella los toma r

sica que Dante. Supongo que estaba tan obsesionada con tener algo con él aquella noche que no

subiendo y bajando con una lentitud torturadora con su miembro en mi interior. Sent

su amigo erecto. Cierro los ojos, cubierta de sudor, echando la cabeza hacia atrás con mis

ico. Tira de mi cola de caballo negra para dejar al descubierto m

Tampoco me interesa, sólo es el momento que me ayuda a e

erlo. La fría noche me obliga a apresurar el paso y abrazarme a mi chaqueta de cuero negra. El cambio de aire se siente, al borde de dejarme alg

uras y sólo están prendidas los carteles fluorescentes de emergencia que indican las diferentes salidas. Cabe mencionar q

a de mi habitación y me dejo reposar sobre el marco de es

absoluto. Y ese silencio era tan inquietante que el

rta. La cama de madera chocaba contra

ada risa o comentario inaudible que no lograba descifrar. De pronto tengo el cuerpo

e Dante es mi com

o un mes completo, abracé mis piernas contra mi pecho y mis ojos, indescifrable po

aldita habitación sin importar con qué podría encontrarme, porq

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