le había dado, pues al escuchar su nom
ndo coquetear con ella a espaldas
ta y trató de adoptar una expresión inocente, y solo enton
a mujer que hace un instante at
a dirección, vio a este último de pie junto a dich
e...", respondió él mientras seg
su rostro, Luna se volvi
aci
él con un tono grave y atraye
Luna se convirtió instantáneamente en molestia. Enton
ga alejada de estos basta
abitación, Nina había estado observa
ndo a los hombres!', pensó mientra
rcano, y tras confirmar que nadie la estaba observando después d
esta se abrió. Entonces, y con la mayor sutileza posible, incli
olvió en el vino de inmediato. Enseguida Nina agit
rero que pasaba junto a ella, y se acercó a él para susurrarle algo al oído
dió observar en silencio, pues sentía más curiosidad que divertimien
evando con cuidado la bandeja en
e vino tinto, cortes
sus pensamientos, regresó a la rea
ño levemente al ver la cop
il
ella no hubiese aceptado el ofrecimiento, pero ahora
mirada se cruzó con la de Silas, el cual había estado observando atentame
ía resultados que a él le encantaban, por e
a asentir con la cabeza y alz
a tenía acerca de la copa de vino, así que
vando atentamente las acciones de su
tima y se puso a su lado. Entonces, comenzó a
ada y molesta, por lo que se puso de pie y caminó en di
ra suficiente para hacerla sentirse mareada. Sin embargo, algo no calzaba, pues e
e caliente y su corazón palpitaba mil por hora, y
s detrás de ella y su r
rápidamente, pues quería entrar de nuevo al salón para ver si se calmaba, pero pe
al pertenecían esos pasos logró atr
mplio pecho. En ese momento, su nariz captó una fragancia misteriosa flo
cada pequeño detalle de ese efluvio de aromas. Por un momento, se olvidó por completo de que estaba en sus brazos, p
, pensó él, y con su dedo índice en la
ue empujada hacia atrás, por lo que levantó la cabeza confundida y estaba a
los brazos avergonzada mientras una ráfaga de aire frío la g
bre, así que abrió los ojos ampliamente a causa del desconcierto. Además, el calor que emanaba de su cuerpo era insoportable y comenzó a s
ado por sus propios pensamientos, pero de pront
corazón se llenó de ira y su mente comenzó a
lo que su única opción era confiar en el
sabido que aquel suj
confiar
que él siempre usaba guantes en las manos
sos maniáticos de los gé
y Luna, al ver su reacción, quedó aún más convencida de que tenía razón, así que rodeó el
su cuerpo se entumecía y sus piernas se debilitaban
ía sentir cómo el cu
apartó de él, y ella se tambaleó hacia atrás hasta que pudo mantenerse de pie. En
rse, pero Luna extendió la mano y lo agarró por
mente ronca, "Pero, ¿puedes llevarme adentro? ¿Por favor?".
se tensó y sus ojos