img 1. ¿Qué quieren los aliens?  /  Capítulo 3 2 | 8.33%
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Historia

Capítulo 3 2

Palabras:2922    |    Actualizado en: 15/07/2021

un malón de capuchas y viseras de gorra goteando. Mientras los demás arras

ban desamparado. Me movía de un lado a otro de la cama, imaginando las exigencias que los profesores y la vida de marzo a julio traen. Eso sí, co

al tinglado donde siempre nos formamos

las mochilas en la espalda y el paraguas escurriendo sobre el piso rojo, que en días

es el pelo y la corbatita o cinta de bebé a algunos nenes y ne

gre “buenos días” dicho a través del micrófono. Bostezo en vez

desconocido. El hombre bien arreglado está a la derecha de la profe Alejandra, la de plástica. El nuevo profe es muy joven para ser lo que es, p

chetié como loco. Lo más churo fue armar una pelota de papel que pasamos en medio

. No nos daba mucha tarea y a veces conv

lando y hablando de cómo este año espera hacer cambios; o sea, puros objetivos que no se cumplen como todos los año

al lado del director que lo presenta como Pablo, el psicó

como los zombis entrenados que somos hasta las aulas para enchufar nuestras cabezas al co

ar lista. Solo tenemos que abrir la boca para decir presente cuando toq

fuerzas ni ganas para discutir con Ángel sobre la ubicación de este año. Mi nov

aparece la nueva profe de lengua. De lejos se ve que es una vieja jodida. Tiene marc

udiado que dicen todos los profesores al presentarse. La profe Mónica es una de esas viejas obsesionadas con

s cosas que dice la nueva profe. Pareciera que este año tiene como objetivo dedicarse más al estudio. Hace unos días, cua

r a leer porque trabajaremos con ellos durante el año Luego, pide que nos dividamos en grupos y nos ent

tiago que este año consiguiero

n mi casa el único libro que hay es la biblia, n

te de la abuela. Por otro lado, Elena y Ángel están ocu

rgarlos desde una biblioteca virtual. Eso voy a hacer yo con algunos libros cortos y a los otros tratar

acordás de

stra la hoja

pelos teñidos de rojo—.

pregunto—. Casi me quedé de año un

mi cartuchera—. León, obvio que en dos días no ib

con lo que no me entra. —Santi le da un beso

e Mónica se para frente a no

la pared, a la derecha de la puerta, reconozco al chico que vi ayer cuando estaba en la Costanera con mi no

a, pero mis amigos insisten en que

haciendo el t

ira como si yo hu

otros —responde Ángel—, p

char la cabeza para admitir la culpa, nos miramos el uno al otro, pero creo que e

ema con esta pro

prueba el prim

mi novio mientras borra algo con correct

quer

Ángel no despega los ojos de la hoja me

san las respuestas y estoy seguro de que todos tenemos la misma idea: ponerle cero al grupo que to

que escribieron los bochos en esta hoja, aparte de que mira para todos lados. Quizás

no tenemos más remedio que decir que no hubo errore

as a Yanina. No hay que ser inteligente para notar que e

que está a su derecha, Manuel tira de la pobre

solo encuentro su bolso y algunas carpeta

¿qué hace

cude la cabeza al ver la esce

al mirarlo—. Escuché que el año pasao taba dando

ien de cariño le decimos Pancha, con dos jar

contra la pared. Entre el hambre y el dolor de cabeza

Elena sigue exhalando con fuerza, además de no bajar los brazos cruzados. Giro la cabeza haci

o se cansaba de andar mostrándole los

e ríe—. La frijol contó que sus calzones, en vez de

tarse con las tortillas p

ué te

os rulos suelt

evin, ese que adoraba

ega mi novio, soplando el mate para

una mano porque no

una vez? —pregu

lugar equivocado, en

en el que uno de los chico se los bajó hasta lo

—Elena le d

mis intestinos. Es peor cuando Elmo pone ca

e justo cuando el timbre

s, nos quedamos sordos por escuchar a los chicos chillar, compramos comida a

mate. Todas las materias tienen el mismo mecanismo

os algunas preguntas para ver nuestro nivel de conocimiento sobre cierto

a las doce del mediodía. Todos salimos como escupidos de todas las cárceles con l

se pasa una mano por la

—sentenc

de niñero, amo de casa

lpeando mi espal

malo ayudar en la casa. En

puente del terror todos los días. Con Ángel, en cambio, pasamos por debajo o por en

barro, pero igual tenemos cuidado de no pisar los cha

chila. Ni siquiera tengo alguna oportunidad de agarrar su mano p

se escucha el sonido de la sierra eléctrica y el olor a

o en el aire y entra a su casa mientras de

odo lo que va a pasar. Doy media v

o se para y deja huellas de

. Después de tratar de quitar la suciedad de mi guardapolvo, me lo saco y lo llevo echo un bol

a para irse al trabajo—. Los chicos tienen que bañarse. Su merienda está en la heladera. No hay

ueño me están ce

ran se pone la mochila—. Fijate bien que las hornallas

dabas a

de salir por la puerta de

ho que algo se rompe en la pieza de la mami, la

hiciero

nas mariposas de plástico y una manija dorada. Estos mocosos rompieron el alhajero qu

é ya a l

olo todo; o sea, más trabajo para mí. Putearía hasta que se me acabe la voz, pero si ellos llegan a

me voy a buscar la pala y la escoba. Al pasar por la cocina,

rando el celular. Ni siquiera pude comer todavía. Seguro que antes de eso tendré que hacer las cosas que Fran no hizo porque, si no hago nada, al

s en una de las cajas que tiene la mami por ahí de la última vez que fu

, arreglar mi pieza, lavar los platos sucios que dejó mi hermano querido, cocinar la sopa para la noche porque Francisco duerme

hecho todo porque sé que apenas ponga el t

scucho grito

ías! ¡M

s dieciséis si sigo co

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