con palabras hirientes. Eso sólo se debía porque estaban juntos en muy pocas clases. Est
—. Tiene fresas, guineos y piñas —tomó la mano derecha del menor pa
ó su bastón a un lado—. No creí
ba en su teléfono—. Al fin lo logré —le mostró su teléfono
ray comenzó a comer—. Ya
ado con el mundo —se encogió de hombros—. Como lo
todo —dijo Yeray, jugando un poco con
r? —preguntó Ezra a Zac y éste se
de que estábamos en pañales — se aclar
no me ofendas —golpeó su braz
no al pecho—. Y pareces el menos indicado
eray—. Tengo la misma edad que ustedes y y
a mi hermano —le dio un beso en la mejilla a
rás—. Sé que es tu hermano, pero al parecer no
a, y mi papá también. Pasaron por muchas cosas antes de estar juntos, no
o tengo idea del porque nací ciego o qué suced
Yeray en ambas mejillas—. Somos una gran familia, y mi h
os, te llevaremos a tu salón de clases, mañana
de él, y le enseñó el dedo de en medio al igual que a sus amigos. Los estudiantes le pasaban por el lado mirándolos extrañados. Yeray podía sentir la mirada d
todas sus cosas en orden y se mantuviero
í —Colton le dio un empujón para que se col
lases, y arrastró su mesa hasta colocarla junt
osas que se habían caído al suelo por
or favor te alejes —movió un poco su s
tomó del brazo y pegó nuevamente las mesas—. Seré tu compañero en todo, seremos amigos para v
has tratado como si fuera una basura que no merece respeto por ser ci
nto, no cambiaré de opinión y será mejor que no inte
olo como si estuviese loco, pero se dio cuenta de que era braille, el alfabeto/idioma de los ciegos. Sacó su libro y lo
en su cuaderno. No entendía absolutamente nada de cómo pod
puedes escrib
sin ni siquiera estar prestándole aten
ega —dijo pa
te, alfa supremo —d
a valentía para decir
te trato como tu herman
final de la clase. Su padre lo llevaría a comprar un nuevo carro para poder largarse a donde deseara. Ayudó al omega a recoger sus cos
de Ezra y de Zac, estúpido omega —acercó sus labios al oído del menor—. Tu vida aquí será un infierno sin importar a quien tengas cerca, sé bien lo q
—lo empujó—. No te hice nada para q
ste y eso es lo que c
si fuera una basura a la que puedes tirar cuando se te dé la gana —Jace despegó su mira
un ojo—. Estás en mi territorio y por
empujón a su hermano que casi lo manda
de nada, y si le dices a papá le diré
lo tomó del brazo y lo guió hacia la salida del aula esquivando a los alumnos q
rme si mi papá
stás
usto ahora —comenzó a respirar de for
de que cayera al suelo—. Agarra sus cosas, si su
ver al padre de Yeray parado con cara de pocos amigos, y que cuan
ijo? —le quitó al omega a
rederick por el cuello—. Llévame a ca
a puerta trasera y lo dejó so
a le pasó las cosas del menor—. Supongo que d
demonio. No me importa que sean hijos de mi hermano, del vec
rederick le dio una mirada llena de odio a Ezr
cima del hombro al alfa—. Te dije que no quería a tus hijos cerca del mío,
está
s cosas de Yeray en el otro asiento—. Te dije que si algo malo le pas
ue darse cuenta de que había sido su hijo Jace. Ese maldito niño lo sacaba de s
ra de esa forma, por más que trataba de hacerlo entrar en razón de que los omegas era
Daniel —le arrebató los audífono
ré a ma
dre! —Jace se asustó al escuchar a su padre gritar de esa forma—. ¿Qué demonios
a colocarse los audífonos—. Y para que es
os ahora que ya tenía en mente lo