DA SE
o que me acab
de su vida, ya lo dudaba.
Nancy partida
a poco para estar
bas amigas iban caminando
gy—, o sea yo no lo creo, es casi
sminuyó sus pasos al ve
an ayer en un cuarto de hot
yente se expandi
ra que sacándo
moviendo su cabeza de lado a otro—,
enti
í, se presentó
ba más perdida que las espera
s… se dieron cuenta de que estaba a la mi
la muchacha que escuchaba atenta
él no podía y los pastores están en otra congregación por e
eo, ¿
reportó enferm
e b
qué
*
enido
n múltiples problemas en las comisuras de sus labios, y las líneas
-gra
ros hermanos, me perdonaras que falte uno, per
sus manos por inercia se apretaban, se sentía temblar. Recordaba muy bien lo p
larde en medio
tie
risa espeluznante. Ella tení
*
consuelo a los afectados, pero la mo
arte Crhistian, él que había sido su acompañante en la tragedia de la m
s dimos cuenta cerró sus ojos y… y ¡cayó! Ahí
, Erasmo mantenía una seriedad intacta, mientras
de su cuerpo e
las situaciones que sucedían en conjunto, qu
os con el corazón conmovido. Nuestro Dios tiene el derecho de llamarnos cuando lo crea conveniente y el
ieron todos juntos a
más los hechos pasados, e
élope, quien ahora lloraba en silencio
edidas necesarias si el
na amenaz
dad de sus habitantes en el pueblo,
ba en mano su celular—. La familia del po
char el cómo, ella l
*
dos se hizo agotador. La falta de las autoridades de la iglesia pesaba enormemente, no había
r en cada esquina le
ado por ella, y esa e
o en su habitación. Según informaron los médicos presentó múltiples lesiones, una puña
ema, pues según las grabaciones del lugar donde
s dactilares las
re sueños y el aire en sus pulmones s
emía ser escuchada en el silencio
paseaba entre sus dedos la plac
víctim