img CRUCE DE CAMINOS, EL COMIENZO vol.1  /  Capítulo 3 UN FANTASMA DEL PASADO SE DESPIERTA | 42.86%
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Historia

Capítulo 3 UN FANTASMA DEL PASADO SE DESPIERTA

Palabras:1401    |    Actualizado en: 30/09/2021

oñaba, justo desde el día en que lo mataron. Y allí estaba, en mi película nocturna: joven y fuerte, riendo a carcajadas. ¡Qué insólito era todo aquello! D

ortantes. Una mano de mujer, fina y delicada como la de una muchacha, le tapó la boca para que se callase. No pude verle el rostro a ella, no me dio tiempo. Un disparo alteró el silencio del sue

ué anhelabas decirme, Pablo? ¿Un aviso? ¿Y esa mujer? Eran

etal del que acababa de salir. Pasaron por mi inconsciencia innumerables personajes desconocidos y no tan des

y como persona. Siempre fue el espejo en el que mirarme; le adoraba con desmesura y hubiese dado cualquier cos

en plena adolescencia, con las hormonas jugueteando por su cuerpo, se sentía fascinada ante tanta adulación por parte de un adulto que se las sabía todas y, por esa razón, decidió largarse con él a vivir una vida de color de rosa, pensando que quizá el padre la iba a perdonar si le demostraba así q

nos borrando las huellas que quedaban a su paso, tan acostumbrado estaba a ello. La chica se vio así obligada a regresar junto a sus padres y to

n su joven amante, saltándose la estricta vigilancia del padre y de la madre. Le habló de lo mal que llevaba el estar tan lejos de ella; de lo injusto que era que ella no pudie

izaba a diario Pablo, pero ese nefasto día, en ese mismo instante, recibió una llamada de su esposa y yo decidí bajar en su lugar. Por esa absurda decisión, rompí una vida y cambié otra. La chica llegó, encontró a mi hermano Pablo; pretendió darle las gracias por devolverla a casa, lejos

a la prensa sobre los escalones. Corrí inseguro de lo que podía haber ocurrido, con un pálpito en

o como si la hubieran matado por dentro, arrebatándole un futuro lleno de amor y felicidad. Por eso el amante le dijo que también tenía que aniquilar, partir por la mitad un fu

mano, que pretendía violarla. Compró a invisibles testigos que nunca estuvieron en la escena del crimen. Compró a personas que juraron mil y una vez que el pervertido amante estuvo en el Caribe durante la semana en que Pablo murió y durante el día de la fuga con la chica. Incluso existía un billete de avión que así lo confirmaba. La mala suerte quiso que todo se volviera co

e quedaron para consolarme y para hacerme fuerte ante ese duro golpe que la vida me acababa de asestar. Y poco a poco se fueron esfumando los amigos de toda la vida, incluida mi pareja de aquel momento, no supo entender mi desesperación y sólo quedaron un reducido grupo de amigos de fatiga, algunos tan borrachos o más que yo, vividores de la calle y del placer, d

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