ntarme de la cama, pero, si peeeeero me adiciona un maldito dolor de cabeza, aumentándole

í me espera Pipo, mi perro de peluche. Siempre amanece en el mismo lugar. Me sobo la cara y prosigo a

*

tran listos para su día—. Buenos días papi —me acerco y le planto un beso en el cachete, no lo veía desde ayer por la mañana, me había

ano —comenta llamando la atención de todos —se hará una fiesta por ser aniversario de la Facultad, y como yo reparto cursos generales, no tengo mucho que hacer ahí —dice sorbiendo su café—. Así que tod

ando desde la lejanía mi terrible situación amorosa, en cambio sí voy con todas las energías del

e to life, while I

s I have e

never lea

u are the

por alguien que

oqu

uizá él solo quiera eso para que por fin podamos dar con la rela

AS

hace un mes me acompañaba por las mañanas y me llenaba de besos—. Y hoy cumplimos un mes y... —Error, no debí pensar que su primer beso, ni el

y yo tenemos o tendremos algo? —Su actitud careciente de algún sentimiento me apremiaba

a obsequiar. El mío, mi corazón estaba siendo triturado de la manera más helada e inhumanamente posible por primera vez que en mi corta edad había sentido.

ñó la escuela. Hay una gran diferencia entre "amigos con derech

EL FL

o un megáfono imaginario y lo llevo a mis

no puedes s

a mi vida p

ncenderme y l

y, y...

ué dolor l

a que pensé, que

er

uego te arrepientes, ya no

an ganas d

mila

ión. Y digo mi relación, porque es obvio que y

uera mi vida si no estaría enamorada de

cal me espera con su madera brillosa e in

*

a de traer mi almuerzo al negocio. Ella es de

espide con la mano y se retira mandándome be

entarios embusteros, aunque eso no significa que el dolor sea menor. Él está a mi costado aprovec

ve a tu máquina —espeto

urra cerca de mi oído, dándome un beso en la mejilla. Dicho esto se d

mierda, decirle que lo que haga me t

rse bien tal como son; ellos quienes no tienen miedo al rechazo ni al qué dirán. Pero, nadie se da cuenta que hay otro cierto porcentaje de los que se muestran bien consi

del rechazo, mentía al sonreír y hacer oídos sordos de los comentarios desatinados a mi aspecto físico. Mentía. Mentía cuando me pregunt

o del dolor en su diccionario, ya habrá un día en el que

cupar el tiempo con un poco de diversión —a

, aquella que me erizaba la piel y me o

ra que tenía el poder de hacerme miserabl

pir

bien

ocionarme con lo que

*

a la de

tonta,

aritza hace dos horas porque debíamos hablar, ¡Son casi siete y media! Suerte la mía de trabajar a unas cuadra

piernas me lo permiten, y ahí los v

ble

s manos en cada rodilla jadeant

gan horas extras, a no ser que este mes sea la excepción —añade con una ceja levanta

ervan de la misma manera—. Me quedé conversand

sando —ahora quien arqu

pel de hermana celosa era

ién tengo derecho a increpar tus posibles faltas

res nos quedamos extrañadas y confusos ant

r un momento, luego d

n tu poca capacidad sobrevalorada, no me queda más

a actitud de la creación que hizo

jadas, llamando la atención de todos los que pasan por nuestro costado—. Prosigue —pide,

raciada, los hombres la perseguirán —res

parece ansiosa por saberl

ag

boca, mi progenitora le propina un mana

te encuentres, son tus hermanas y yo soy tu mamá, merecemos respeto. Cuida tus palabras que a

a cabeza baja, arrepint

onalmente a sacarte allí, y a mí no me da vergüenza mon

baja, para que solo él la escuche y así es, no somos capaces de escuchar

osotros sus hijos, sino también

*

pí con él, es to

iga. Me relataba lo que había sucedido con su actual ex pareja mientr

á más entradas gratis al cine—

gemido

bordes de los dedos con el esmalte rojo, al cerrarlo —empezaran a estrenarse

í comentarle que iba a salir con los compañeros —admite —pero no es motivo para ir c

comento soplando mis uñas al

tadís

pesar, recordando lo de h

—pregunta sonando

a como razón

s tras él, es obvio que es compatible co

n quería