eño, llega al borde y esta cae fuertemente al piso. Su grito despavorido despertó al muchacho haciendo que este brincara del susto, golpeándose la cabeza con la cama superior. Adri

an, la madera pesada de la misma cae encima de la muchacha. La

ivamente moviendo de un lado a otro al hombre en cuestión, —¡Maldita sea

l este duerme profundamente. Toma una linterna ubicada en el mismo caj

i! —susurró la mujer quien ya se encontraba al borde de

temente cierra la puerta de su cuarto. De pronto, un susurro aterrador se ha

una voz grave bajo

e la mesa. —¿Qué eres? —prosiguió a preguntar observando una masa

susurró lo desconoc

se oían en su mente, en su imaginación. La conciencia de la misma estaba siendo mani

—volvió a exclam

intenta escapar del peso de la puerta que la aplastaba. Adrien intenta abrir sus ojos pero estos no lo logran, se pone de pie y empieza a palpar el lugar para dirigirse hacía la puerta de su cuarto. En su camino, pisa la puerta y sin darse cuenta avanza, provocando más peso encima de su hermana. La niña no podía gritar ni hablar, intentaba sin más levantar la puerta como se

TEMA

iendo abrir finalmente sus ojos. Este observa detenidamente como su madre era envuelta por algo que parecía ser una e

n con un pesar que es

lozos. —¡Soledad está conmigo! —finalizó una vez qu

empieza a torturarse mentalmente de sus incapacidades. En su espalda, precisamente en la cama de arriba, se escucha el llanto de una niña que clama soco

dijo mientras sus ojos se abrían cada vez más. —¡

e su reacción momentánea y salvaje de arrancarse a sí mismo su pelo. El padre al de

amente sentándose sobre la cama. —¡No o

l cual estaba cerrada. La puerta no se abría por más esfuerzo qu

cuarto, el cual intentaba con todas sus

o extraño. Se pone de pié, su rostro se colma de ira. Se flexiona

—¡Pero en este mundo, no me quedaré solo! —exclamó a gritos impuls

omento, el tiempo comenzó a correr lentamente. Observa como Adrien corre tras lo desconocido, quien había vuelto a ubicarse encima de la orquídea negra. El muchacho poco a poco se acerca al ser, este recibe el impact

el mismo, el cual observó

! —exclama una voz desde su i

amente el hombre. —¿Por

ra vez, hasta que entiendas quién es el monstr

mi hijo, ¿acaso olvidas quién s

ue se olvido su propio nombre, —entonó el s

—respondió con eu

olvidó quién es… —exclamó la sombr