img El precio de tu Amor  /  Capítulo 4 Cap. 3 | 7.55%
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Historia

Capítulo 4 Cap. 3

Palabras:2133    |    Actualizado en: 17/12/2021

ntre tanto visualizaba el rostro carente de algu

ía creado escalofrío, y alguna sensación en su pecho q

de que sus interrogaciones salieran de su boca, Jarol apartó el portarretrato, l

o durante los últimos años. Es un buen hom

como si se lo llevara el demonio, y cuando barrió el suelo c

re del que estaba hablando Jarol, pero…

y esta vez, se esforzó mucho po

o… —se consolidó—. Espero que

una sonrisa u

que usted será la candidata perf

reguntó

recí anteriormente y m

us ojos se abri

tamente lo qu

ento en que tengas contacto con él, te encargarás de hacer lo demás. No eres tan tonta para tener que explicarte de qué forma debes entrar. Ne

iración. ¿Qué se creía este hombre?, ¿acaso la veía como una prostituta?, ¡ella n

No se dio cuenta en qué momento sus piernas tomaron una deci

oy una prostituta a quien le va a

pero el hombre no se in

—respondió soltando un suspiro—.

i parpadearon ant

d está dic

es inevitable —las mejillas de Nat se volvieron mu

*

stó el bolso contra su pecho int

lugar?, ¿Qué mierdas prete

a quién se le ocurría pagarle a una persona para que enamorara

blaron, había pensado que su familia era horrible, pero, aho

a al asiento y r

ra ella. Seguiría buscando, dejando hojas de vida, y alargaría sus a

e?, ¿Qué iba a aceptar algo c

a, así durmiera en el piso, jamás acep

pensara bien, cuando se quedó en silencio, ella se des

de su boca. ¡Le había gritado a Jarol White, en

speraba que después de esta ocasión

u bolsillo, y la rom

desechar la basura, y pensando en esto ab

ente los trozos, se dio cuenta de que su libreta de

, un poco nerviosa, pero

nada, y un escalofrío se insertó en su cuerpo solo de pensar que

eso fuese aumentar la velocidad del conductor, y decir qu

estaba viéndola, o si la respiración fuese buena para llevar aire a sus pulmones,

temblor de sus manos, y en cuanto pudo abrir, el

nte se golpeaba. Ellos se reían descontroladamente mientras Nat pasaba la vista a

er otros paquetes de pepitos, y varias latas

enta de su presencia dejaron de reír y

a esto? —ella preguntó bajo,

iones… pero como estoy de humo

o a su cuarto. Ese viejo abogado a veces hasta retardaba su p

ando y buscando su libreta—. Qu

r por sus mejillas hasta que

sonó a sus espaldas, y r

y algo… —sus palabras se detuvie

ue, se lo mostró a tu pa

tó de suelo—. Tú… ¿Tú no h

—Natali la pasó caminando rápidamente hacia la

lugar, apagó el televisor de forma m

está mi

o de irritación y Char

apagaste e

de está mi cheq

y había que pagar el alquiler, los recibos. Y, sí, te agradecem

atali temblaron

i universidad… ¿Qué har

a palma intent

, te prometo no pediré, ya

de la boca de N

e todo el dinero?, ¿Cómo pudieron robarme de esa manera?, ¡debo pagar mi

les del hombre

¿Qué piensas?, ¿qué puedes ser mejor que nosotros?, ¡Eres una tonta, Natali!,

ella solo e

eriendo sacar lo que estaba matándola ahora mismo. Esto no le podía esta

su rostro sin ser prevista, con tal fuerza que no pudo sost

y sus ojos se apreta

e Nat abrió los ojos, Charles

tampoco a su mamá. Pero sabía que Grace lo defendería en cuanto ella intentara meters

a poder levantarse, y se fu

sidad, colocó su teléfono desecho, y puso d

elyn y de su padre, y en como su madre les

asta la salida, cerrando la puerta de

¿Estás

quería regresar a su casa, pero tampoco tenía otra opción a donde ir

stás? —apretó su móvil tratan

rme un baño, te dejé algunos mensaje

n su pensamiento, pero ese no

nada… pero no te llamo p

ime qué n

as en casa, y no… realmen

upuesto, ven, te espero, así podemos estudia

n poder creer lo fácil que fue eso, y le

, estaré allá

o que la dejara cerca de la residencia de Lana, mient

odría continuar sus estudios si n

ciones, gritos y cinco años más en esa casa, pero

e Lana, pero jamás le contaría lo que estaba pasando en su casa, ni que perdió su trabajo, ni mucho menos que ahora mismo,

paron de su boca. Sacó el teléfono celular de sus bolsillos y achi

estómago, ni siquiera sabía qué estaba haciendo, pero n

rte que tuvo que contener la respiració

los ojos—, soy Natali Simmons

rofundo se hizo en la lín

do esperando tu llamad

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