s dedos y se mordía la suya — ¿Que no confías en mí, que no te gusta que te toquen? — su mano iba apretando mi

y joder, es que no lo detenía. Dejaba que me tocara. Tenía que hacerlo. Querí

boca, tus manos en mi pelo, quiero tus dientes en mis labios y quiero follarte por horas y días, como nunca he querido hacerlo con otra mu

s mío a

e incluso si lo llegaba a disfrutar, nunca sería mío, cuando supiera el porqué de mi presencia en su vida. Y

a del irónico destino, que

que vino a chupartela que se apure, que te duele y te palpita por mí — mordí su lóbulo y el apretó mi pecho y soltó mi cuello — y debes aprender que no todas las mujeres te abren las piernas. Que estás buenísimo pero yo lo estoy más. Y que no soy la puta zorra que crees

palmas en el duro material del mismo y me deslicé hacia arriba, casi rozando su cuerpo, me senté en él, para salir del agua, con el sexo más desbocado que los latidos de

sobre el bordillo, y su mandíbula exquisita

través de mis iris pardos, con unas ganas de lanzarme sobre él y dese

anto sin decir nada, que era casi un duelo de

nza y a interés. Yo quería de él, casi lo

ción y

de lado la toalla y la deliciosa vista. Me

a pregunta de siempre y

iberes — cerré los ojo

piro. Sus palabras siempre venían encaminadas a hacerme sentir una mala hermana, in

uieres a

podía creer lo que decía — cuanto antes lo metas entre tu

os y casi se me cae

o, que reconocí como compañeros de Vicki, bebie

la barba oscura y no podía negar, que era guapo. Endemonia

ás que tú y mi sexy rubia me pue

mí, aunque me acostara con él ahora mismo, eso no significaría nada. No puedo preg

abía que tenía que colgar ya. Esta chica

so controlo mis inversiones — oh dios, estaba en

ró sus dientes blancos y perfectos y me perc

o me ha visto

y tuve que fingir, que seguía h

e puse a temblar. Venía

hubiese estado hablando ella conmigo y terminé d

rubio mirando a Riley que simulab

que no es nada tuyo como para q

su primo haciendo un ademán de colgar su móvil

mi cuerpo y deslizando sus manos por mis muslos — cuídate de mí, hasta cuándo te metas

s de darme un beso en la mejil

yo estaba a punto de reve

hacia el inter

pedí a Vicki, que se sentó a mi lado mira

mi boca sin cuidado alguno. La tomé de la mano y traté

tío es peligroso.

a lo ví contigo en su club y entré en crisis de celos. Me chantajeó y me contó lo tuyo. Creo que está enamorado de mí. Yo estoy loca por él, que quieres que te diga, no lo puedo evitar. Me ha prometido que si entre las dos alejamos a Adam de la dimensión y

otras y casi cacheteo a Vic

mafioso peligroso, una mala persona, un hijo de puta que no te hará más qu

e no dab

ojos azules estaba que echaba humo por las orejas, por d

tu objetivo. Está más que claro que le encantas a Adam, tampoco es que vayan a sufrir por echar cuatro polvos juntos. No te metas en mi vida, que yo sabré gestionarla pero

manas sin hacerlo que rompí en llanto y tuve que salir de allí, para que Riley no se diera cuenta de la discusión que

dolida y triste que fuí directo a mi habi

un buen rato, me se

s creía que solo me daba momentos de felic

vida desde antes, ahora me enfangaba

entregarse de la manera en que lo está haciendo mi amiga, no quiero co

ñana mismo de aquí. Ya no quería seguir haciendo esto, buscaría a alguien que

rpo de espías, tendrá algún contacto que pueda ayudarme y t

r mi estrategia y decidí calmarme y da

a saber nada de nadie. Incluso Vicki, espero que esté bien, pero

el suelo. Me metí a la ducha, dejando q

y justo, cuando estoy aclarando mis ideas, abro los ojos y me encuentro delante de mí,

sincero, quiero follar contigo y quiero, que al menos en esto no mientas — se acercó al cristal de la ducha y me dijo — También quieres ser mía. Me deseas tanto como yo a tí. Hay alg

porque es tan directo y tan intenso que si se lo propone va a hacerlo, pero aunque l

Algo carnal y poco más. Sin embarg

nvolucra nada más, pero ahora, aquí, viendo lo sincero de su comentario y la manera tan limpia de mirarme, me dice que quiere más que un polvo conmigo. Me di

re y sé y siento, que hay algo entre los dos — respondí sinceramente — pero