img TU SONRISA ES UNA HERMOSA MENTIRA.  /  Capítulo 7 PARADISE | 53.85%
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Historia

Capítulo 7 PARADISE

Palabras:2370    |    Actualizado en: 28/01/2022

y aún así me siento observada a deta

ferente

que llegue el profesor Tomás. Giro un poco la vista a la vent

m está aquí. Se encuentra mirando a

rfe

clase una vez que comienza. Ya no

iza y esta vez a diferencia de otr

supuesto trabajo? — pregunta Sam,

asiento justo cuando estoy a punto d

obs

hay ningún tatuaje nuevo, solo están l

o es

enas y es visible. Esta por encima de su codo y se alarga hasta

se ve reciente. Su labio está ligeramente partido por la parte inferior izquierda

anera, pero como no lo observaba tan de cerc

ote mi curiosidad hacia esas marcas que tiene. — Tenemos que entrega

ose hasta la salida del salón — Nos

na

os? ¡Espera, que mi peinado…! Ante tal

que me mata. ¿En qué diablos

endo. Le pido a Cristina que me ayude a seguirlo en su coche con el pre

che en el aparcamiento esperand

tan ne

etiene para escuchar lo que ella le tiene que decir, sin embargo, hace una mueca de mole

a acompañando dicho comentario co

color negro y tanto Cristina co

do el tiempo tu galán — suel

as de vista —

doña g

ra seguir el

su coche frente a una tienda de videojuegos. Se baja y se di

e cómo despedida —Debo hacer unas

risa de agradecimiento y me bajo del coche con las

lejón por el que Sam entró, pero no sin ante

ha

ma

cerrada. Por la izquierda se encuentra un hueco como del tamaño de una puer

bo

», pienso para

de un hombre que hacen eco en el lugar, me retumban en los oídos

ndose la mandíbula mientras muestra una mueca de dolor. «¡Lo están golpeando!» Otro sujeto se le acerca y le suelta una patada en

s

itar ser descubierta tapo mi boca de inmediato con mis manos cu

no se d

s diferencias mientras uno que otro estudiante ve la oportunidad de ga

as chicas de su lista tras él. Les da una paliza y jamás, pero jamás, ha perdido un

Por qué no

arlo y ponerlo de rodillas como cuan buen pecador esperando su castigo. Sa

vaja y la coloca

Elizabeth, piensa!» El sujeto aprieta la navaja contra su garganta en forma de advertencia

uno de los sujetos con una despampanant

os,

empecé a caminar, yo ya me encontraba frente al sujeto que dio la orden de lastimarlo. Mis brazos se encuen

temb

n pensarlo dos veces. ¿De dón

ajada. Estoy temblando demasiado y él se ha d

os maldita basura! — me m

ón alguna. En mi lugar, no me atrevo a mirar a Sam,

e el sujeto que tien

, se queda callado por unos segundo

. Estoy a punto d

lo — dic

a expresión, la risa burlona h

suspiro

ad hasta ponerme detrás suyo. Los mira silenciosamente, estudiando la situación en la que nos encon

oport

valentía se acabó y estoy totalmente paralizada que no

grando demasiado que casi no se pueden apreciar sus pequeños tatuajes. Él n

gunto si la herida de la cicatr

uesto jefe. Se mueve y los demás

y llamativa sonrisa de advertencia a Sam

el cómo se marchan. Después, se gira en mi direcció

aces aquí? — me

y lo único que hago es temblar mientras respiro agitadamente

nta. — dice más cal

s. Solo entonces, me doy cuenta de que estoy llorando. Las lágrimas salen de

s! pensé que í

cortado. Se ha dado cuenta de que estoy en shock, así que

reacciones — me da un pequeño golp

capaz de soltar una mísera palabra. Se que intenta mostr

poco y consigo moverme por mi cuenta, así que

a observándole con desconcierto — Elizabeth, es que acaso ¿qui

rosa que me encuentro, ya no tanto como antes pero aún lo estoy. Sam se da cuenta de mi batalla por qu

o, cubriendo así, la mayor parte de la heri

al fin. Mi voz está muy débil,

forma amable, pero su t

e mis muslos y con el otro sujeta mi espalda para así le

mente y al llegar a las escaleras me baja co

con dureza mientras me mira f

me — respondo molest

irónico. —¿Es

en seri

Yo sé apañármelas solo, sabía muy bien lo que es

manos entre su cabello ti

é no te d

ad... eso tipos no

guro? Porque yo vi

ra arreglado las cosas a mi manera, pero estando tu conmigo solo lo ibas a complicar todo — me lanza u

pudo haber zafado de esa solo, en cambio conmigo le hubiera resultado más

iento — digo

qué est

rosímil, es lo

Cristina me trajo, pero no tardo en irse — respondo segura de mi m

eerme, suena tan fa

y empieza a sub

levaré

l camino es un silencio incómodo, así que para romperlo le pregun

s eran es

. — Es todo

ueno, a mí no me lo parecían. ¿Que bu

ro sin mirarlo cuand

pearme. Él baja la ventanilla ant

— me mira de pies a cabeza

e doy cuenta de que está suci

ara cuando me cargó, y ¿Que hay de

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