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Historia

Capítulo 8 El comienzo no siempre es fácil, sobre todo si estás tú

Palabras:2940    |    Actualizado en: 15/02/2022

despidió de su mamá y se fue caminando hasta donde se encontraba la tienda. A pesar que su mamá le dijo que lo acompañaría hasta donde era, Lui rechazo su ayuda ya

ciudad, el camino era mucho más largo y

gar – y sobre todo – me gustaría que Elva me pudiera ver ¿qué pensaría de mí si nos llegáramos a encontrar?, de segur

ra como un mini supermercado, se podía ver que contaba con fruta, dulces, golosinas, entre otras cosas. Lui entro, dejando sonar la campan

í es! – Se acercó al mostrador y puso sus dos manos sobre el mismo – perdone señora, pero ¿usted conoce a mi mamá? – La señora – así es. La conocí desde que ella era sólo una niña. Sabes, yo fui una de las personas que estuvieron con tus padres cuando naciste. Y, mírate ahora, ya has crecido bastante. Bueno, n

ía, le dio una escoba a Lui para que barriera mientras no había nadie comprando. Esto era con la finalidad de que conoci

lugar donde se encontraba para entregarles su pedido. De esta manera seguía pasando el tiempo. Lui, comprendiendo que le era difícil para ella tender a todos si se tenía que mover por todo el lugar sola, el co

l, era lo que se decía con orgullo para sí mismo. Aunque sólo era el comienzo de todo y que esto no sería igual en todos los días, no era que

Siguió caminado hasta estar frente a la puerta y, al estar por abrirla, se detuvo con tan sólo escuchar una voz que decía – no hay de qué preocupars

ía sido cosa de su imaginación lo que escucho. Lui estaba por ir a traer la escoba para comenzar a barrer mientras llegaban algunos clientes a quienes atender. En eso la

ntó para dirigirse a tomar y ayudarle con las cosas que traía, que al parecer eran varias. Dando un paso adelante, cuando se dejó ver una sonrisa que le hizo perderse por completo y quedar paralizado. Lui, que apenas podía siquiera pensar en algo, bajo la mirada al escuchar que la s

se acercó a él sonriendo, aunque apenas lo había logro hacer a tiempo su cambio para que no lo notasen. Elva le entrego la escoba y dijo – buenos días. Ten, este es el tuyo – y dejo salir una lige

ubeta donde estaban los demás utensilios para limpiar. Elva, cubriendo sus labios con la muñeca de su mano izquierda, dejo escapar una suave risa has

e tomaras en serio – Elva – sabes, quiero hacer una competencia como rivales – Lui pensó – ya se me había olvidado que me sigues tomando como tu rival – Elva – hoy deberás de ganarme en poder atender a los que vi

e Elva ni mucho menos dejar que le ganase, lo que estaba en juego era mucho. No sabía bien el por qué pero la recompensa de la que ella le hablo era demasiado tentador como para dejarlo ir. Con una

n esta ocasión era un señor el que había entrado y comenzó a ver entre las estanterías en busca de algo. Lui, acercándose al señor, dijo – Buenos días señor. ¿Está buscando algo? Ya que podría ayudarlo – el señor, dirigiendo su mirada hacia él, respondió – niño, este no es lugar para que vengas a jugar. Si deseas jugar, hazlo en

estaban haciendo – los dos levantaron las manos en señal de que no era cierto mientras trataban de articular una palabra, pero sólo dejaron salir un “ig”. Luego, mientras ella le daba su vuelto a don Tino, dijo – si los vuelve a ver que están jugando me lo puede decir, ya que ellos no pueden hacer eso mientras estén en medio del trabajo – don Tino - ¿están trabajando aquí? – Doña Reina – Sí, ya que sus padres pidieron que los recibier

ueda que no sea tan fácil pero, si le ponen ganas, podrán aprender mucho para el fu

ente la puerta en espera de ver entrar algún cliente. Al llevar la cuenta de a cuantas personas habían atendido, los dos se encontraban empates y no podían quedarse así. Al ser q

da vez que pasaba una persona cerca la tienda. Pero, cada vez que miraba que sólo iban de paso y no entraban, los dos suspiraban. La señora, q

vantaron sus miradas y, como el rayo, respondieron al mismo tiempo – ¡Yo! – la señorita, cubriendo con su mano derecha para que no la viesen reírse de la reacción que pusieron los dos, dijo – está bien. En ese caso – bajando la mano y luego agarrando con las dos

e tomar la miel sin hacer algún escándalo. Pero, mientras trataba de alcanzarlo, la señorita le pregunto – oye ¿no necesitas ayuda con la miel? – Lui, con el tono un poco forzado ya que trataba de e

abía uno que parecía estar como en tiritas. Por lo que, poniendo su dedo en su mentón, se preguntaba cual debería de llevar a la señorita. Miro una y otra vez de arriba hacia abajo los quesos

de las cosas por su cuenta – espero a que le dijeran cuanto era. Elva y Lui, viéndose pa

ra – ya veo – se acercó al mostrador y viendo lo que tenían en sima de él, dijo – serían diecisiete quetzales por todo – la señorita, sacando de su bolsa el dinero – muy bien – saco un

s rivales. Los rivales siempre deben de estar cerca para ver quien es mejor –. Lui, que no le podía estar en total acuerdo, dijo – gracias señorita. Pero creo que es un poco difícil decir que somos así de cercanos – la señorita se rio y salió de la tienda.

ue no se decidió quien había ganado, grito - ¡¿quién fue el ganador?! Y qué pasa con el premio – por suerte para él, sus papás no lo escucharon p

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Contenido

Capítulo 1 La fuerza de un enamorado Capítulo 2 Mi nueva escuela Capítulo 3 Tratando de acercarme Capítulo 4 Comenzando a conocer un poco de ti Capítulo 5 Soy tú rival Capítulo 6 Y qué pasará ahora Capítulo 7 La fuerza de un enamorado 2: Las vacaciones contigo Capítulo 8 El comienzo no siempre es fácil, sobre todo si estás tú Capítulo 9 No seas tan despistada y una hazaña de los dos Capítulo 10 Sin igual Capítulo 11 La venta de cuetes
Capítulo 12 Antes de continuar
Capítulo 13 Noche buena y el último día en la tienda
Capítulo 14 La fuerza de un enamorado 3: Iniciando básico, ¿está bien seguir así
Capítulo 15 Vamos a superarlo juntos
Capítulo 16 La biblioteca
Capítulo 17 Caminando de regreso después de los exámenes
Capítulo 18 No sé porque estoy siguiéndote desde las sombra
Capítulo 19 Un paso, eso es todo lo que pido
Capítulo 20 La fuerza de un enamorado 4: Quiero que pienses un poco en mí
Capítulo 21 Mi domingo contigo
Capítulo 22 Primer intento
Capítulo 23 ¿Cómo puedo…
Capítulo 24 Nina
Capítulo 25 Este es mi regalo… espero que te guste
Capítulo 26 La fuerza de un enamorado 5: No sé que es lo que me pasa
Capítulo 27 ¡Bu! ¿Te asusté
Capítulo 28 ¿Me gustaría poder verte pronto
Capítulo 29 El kermes
Capítulo 30 ¿Con qué este es el lugar dónde estudias
Capítulo 31 ¡Vamos! Disfrutemos en esta ocasión no como rivales sino como…
Capítulo 32 La fuerza de un enamorado 6: Te daré una mano
Capítulo 33 Mi querida amiga, ¿Ahora qué puedo hacer
Capítulo 34 Unas rosas pueden ser un gran detalle, pero qué tal si busco algo más
Capítulo 35 Así que ¿Este es el final
Capítulo 36 El reto final
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