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Historia
Hielo Cortante.

Hielo Cortante.

Autor: fatyreadbook
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Capítulo 1 PRELUDIO

Palabras:3288    |    Actualizado en: 15/02/2022

ortándolo, las pancartas alzadas con mi nombre y la bandera estadounidense alzada y siendo sacudida por los brazos de los animados fanáticos del deporte dando

y objetos blandos para no dañar el hielo, estaba cansada, hiperventilaba

a y un precioso cuádruple Lutz donde había dudado implementarlo en la segunda mitad del programa largo por miedo de no conseguirlo por el cansancio; aun si en

taba, lo ha

los a todos con una gran sonrisa, me pase la mano con el guante purpura

aqueta y me la puse con cuidado, él me ayudo, me dio los protectores de los patine, me a

nda Alina, deslum

as —co

su sonrisa casi blanca, “casi”, tenía una placa de plata en un diente, porque se lo había lastimado en una caída y se lo había roto. Tenía el cabello

ncesa del hielo y te caes en tierra››—, le estaba siguiendo los patrones a Yuzuro cuando se cayó de cara tan solo salir de la pista. Lo había visto en la final de Grand Pri

o cuando existía Serine y era la diosa de la pista?, robando miradas, siendo la chica de las piernas largas y que se robaba los novios

2 puntos, éramos casi a la par, pero la diferencia era que ella era mejor que yo, saltab

tir esa temporada, siendo yo la campeona. Pero era difícil ser la segunda, s

omo quedar en cuarto, porque pensabas en el ¿qué me falto para esta

ella de agua a temperatura ambiente; la abrí para tomar un trago. Se sintió

tercero, y aunque ya habían pasado diez patinadoras seguía en el primer l

sa que estaba, le di una mirada de agradecimiento y miré mi puntaje: 81,51 puntos en técnica

entía, ni el vocero dando mi puntación. Ahí estaba, primer lugar Alina Holandle, USA. Serine Marshald segundo l

n de ganarle a Serine, no importaba que aún faltaban 10 patinadoras de s

os labios rosados de gloss y los ojos pintados perfectamente con sombra rosada y café, muy sonrojada. Vestida en un bonito traje morado brilloso, po

ines blancos. Mis pies quedaron libres, me agaché y me puse los botines, eran cómodos y suaves que mis pies sintieron que estaban en una nu

ramas en YouTube comiendo un sándwich de atún porque el jamón se comía los miércoles y hoy era lunes. Y de seguro mis padres harían una gran cena para felicitarme por mi victoria, y Shawn mi hermano mayor viajaría de Nueva York

era fanático del Hockey, pero decía que tenía preciosa la cara como para quedarse sin dientes. Como si no existieran los protectores, pero bu

estaba en ello y todo debido a ver a Nicolas Virutti patinar en la pista. Él tenía 13 años cuando lo había visto dar giros preciosos en el hielo. Era la leyenda viviente del patinaje, ganaba cada competición que se presentaba, tricampeón olímpico individual, subcampeón olímpico en equipos, 5 veces campeón nacional, 4 medallas de oro en la f

o había visto entrenar infinidad de veces, cuando era niña, hasta que decidió que su entrenamiento daría más frutos en Londres y se había mudado. Solo lo veía dos veces al año, cuando era el cumpleaños de Shawn y de mamá porque la consideraba como una segunda mad

o de—: Hola, Ali

e andaba perfeccionando un salto, él me regalaba sonrisas y me

peraba ese enamoramiento de niña de 12 colada por el chico mayor playboy de cuerpo atlético y patán. Pero Nicolas no encajaba en el término “patán”, tenía mujeres detrá

ta estaba lista y el podio en medio, me puse de nueva cuenta los patines, fue d

ra, no era buen momento para hacerse de rogar y nada profesional hacer esperar al público, al comité y al director, tardo unos cuantos minutos, donde Alexandra y yo nos mira

bía estado impaciente, dando órdenes que la buscaran. Estaba segura de que esto estaría en todos los sitios web de internet. “Serine la diosa de la pista llega elegantemente tard

k Times lo podría, e imaginaba la nota amarillista. ‹‹Serine demostrando que no im

r con mis padres. El comité nos entregó un ramo de rosas a cada una y fue a mi primero a quien le pusieron la medalla de oro. Mire al director Ramos a los ojos y l

a cara y sonreímos juntas, como intimas amigas. Era amiga de Alexandra, y conocida de Serine, la conocía muy bien porque entrenábamos en la misma pista. Y solo había

staban mis padres, mamá traía consigo un oso grandote como obsequio y mi padre un precioso ramo de rosas. Yo sabía que no importaba si ganaba o no, el

ia los brazos extendidos para darme un abrazo, yo lo hice, y estaba al punto de

ó la nariz con un pañuelo. Era una fusión de ellos dos, tenía los ojos color chocolate de mama, y el cabello café con reflejos rubios de mi padre, media 1,60 mts, 2 centímetros más que mi madre,

y agradeciéndole por todo. Eso siempre lo hacía al terminar una presentación, y yo

á esta noche langosta —invito mi padre. Yo observe la escen

egaría, él era de los que se quedaban en casa con Doris su perro. Y sabía que lo había dejado con la ve

a hice planes señor y señora Holandle, les parece ¿s

l, era el gerente de un bufet de abogados importante en la ciudad, y a pesar de que le hacía ilusión de

tu crecimiento hace ya un año, pero debes de cuidarte y dormir bien para seguir haciendo cuádruples preciosos—seña

ompatriota para echarle la cagada a Rusia. Pero era bien sabido que Eteri Tutberidze era fam

stuviera tranquilo—. Nada de grasa Va

seño y puso los

na carc

regaño m

me c

leta al vestuario para cambiarme y guardar los patines, me

de las lámparas le daba en directo. Mire hacia arriba donde en una esquina estaba la cámara de vigilancia y me apure a guardar mis patines, me abroche el cierre de la chaquet

es y cerré la p

paso el brazo por encima del hombro y me dio un beso en la coronilla mientras agarraba mi mal

rdaba donde había aparcado el auto, cuando todos sabíamos que tenía

cidad para estacionar. Abrieron las camionetas y el equipo médico de urgencia bajo lo m

o algo malo?, apenas acababa de terminar la competencia y el público estaba s

unque no entendía nada. Estaba llegando más personas del equipo de emergencias. Y parecía e

como las autoridades se comunicaban por la radio. Me preocupe de verdad, cruzamos la calle cuando ya la ambulancia se v

azo a mi padre confusa, él estaba serio, tratando de parecer tra

lina— llamo

veía que ingresaban un cuerpo en una bolsa. me

ito mi padre de manera severa. É

coche, echa polvo y con

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