img En mi huida, encontré mi refugio  /  Capítulo 5 Reprimiendo los deseos. | 100.00%
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Historia

Capítulo 5 Reprimiendo los deseos.

Palabras:3078    |    Actualizado en: 28/03/2022

stividades sin

to acabe el calvario para Catalina. Con Gabriel en prisión, posiblemente ell

o un fresco y renovador aire—mencionó Cat

ián y fue directo a

cando la silla que se encuentra

s terminando de almor

irigiendo su mirada

ro ca

alina, no el mío, el deber llama y deb

us ojos se encontrarán con los de Julián, fijó sus pupilas hacia afuera, vio algu

le retiró la silla mient

e salida. Caminaron por los pasillos del jardín, ella respiró profundo llenando sus pulmones del aire con aroma a dasme. Una tibia brisa acarició su

ó de reojo, su vista la fijó en los pechos de la joven, vio que con cada inhalación sus

do que le lanzó mientras camina a su lado por el

Vestía pantalón de tela delgado y estaba enfrente de

o acelerando el corazón, obligándola apartar la v

ue una verdad

ó por dentro. Seria muy fácil recostarse junto a ella, desatar el cabello y dejar que sus manos la

iento, era que estaba en el

Se alejó unos centímetros de ella destruyendo esa ilusión. Con gran voluntad controló la tensión que recorría su cuerpo delgad

to a la sombra de este

aquí hay una bella vi

aron para pasar a

aquí—Le resultó una interroga

cia ningún lado buscando a un

dir tu privacid

do que hago sola y por qué me qui

lo joven que eres

hora estando sola he recordado detalles, algunas señales que no quise ver, sus actos me lo gritaron pero m

para enmendar errores y nu

ue me cue

hace un año, ocupo mi tiempo en los negocios, b

retar a los demonios que la perturban, pero eran demasiados oscuros como para sacarlos a la superficie. Y el ya ba

acias por este

me ha ayudado de cierta forma, en muchas partes del

La diferencia entre él y yo, es

o ser un héroe para el mundo, sino como ser un héroe de tu m

ue debía resolver, y su vista puesta observando la naturaleza. Recordando e

de que debajo de aquella compostura existía u

ara no confesar sus se

en lugar de darle tranquilidad. Julian comprendía el peligro, pero de momento no era necesario que Catalina se ente

tenerla intacta. Pintando en su mente un mundo bonito junto a ella. Sin embargo, la re

ltó en un conflicto en su interior, luchando por ahog

tiempo el se

ompañía al igual que B

abitación—d

lo hizo estremecer, agitando su respiración, se apartó con rapidez para que

scubriendo la agitación

ombre un tanto enigmático. Julián posee el valor que ella

z. Había luchado con un sentimiento enfermizo de impotencia, se con

egro con confianza, obligándola a

su piel le indicó lo joven e inocente que había permanecido en medio de los problemas y la tragedia. S

habitación, se tiró sobre su cama y comenzó a pensar e

a despertar y lentamente s

Bastián como de costumbre

...no le gusta que le digan que es un buen Samaritano—había terminado de decir aquello, cuando

lope, para el es un gran reto mantenerse sobre la silla de montar, mientras Mariposa zigzagueante pasa entre los árboles a una gra

to que trab

ndo algo lo inquieta, sale a recorrer el exten

raída de lo que ocurría a su alrededor, solo la de

acompa

sto—respondier

la espera

sus sentimientos y ahora eran los sentimientos quienes lo manejaban. Incluso cuando

sonrisa, lo convirtiera en un gato e

adas. Bastian a su corta edad tiene

larse sus dientes como siempre. Bastian se fue a

lastimaré"la acostumbrada letanía se

n saludó, parado enfrente d

terando su gesto con u

odo tr

ó a Martin que

es bueno enamorarse de l

upes—mintió

ue había permanecido por un año. Enojado por permitir que con una sonrisa Catalina derribara las defensas que había

na mujer atractiva para satisfacer una necesidad física. Una vez pidió matrimonio, lo que no llegó a concretarse por la falta de fidelidad de su novia. Su coraz

l comedor desayunando, mirando hacia la

l recordar a Gabriel, el solo pensar en él le producía un

uerta del comedor. Camin

mo e

, gra

u desayuno, esta vez no p

e incómodo. Ev

levantándose y caminando a su habitaci

bitación, se duchó y se puso ropa li

sombra a los pies de un árbol para apoyar su es

a en su libro, no sintió el

ntó, sentándose

aba de ahogar a fuerza de voluntad. La defensa de Julián que había levantado se desmoronó como una muralla de adobe. Mientras los o

prado, haciendo u

ntos?—pregun

ocho¿te

ces a l

ués de dejar a Catalina

l escritorio, anal

efensas, como es posible que con su cercanía, despierte

d de bajar su guardia

risa hacia su habitación, echó a correr la ducha, comenzó a desves

escalera y se apre

eleste que nunca al verla con aquel ves

aci

que Catalina se senta

al de su propio corazón, Catalina

er un poco más a Catalina y el le

án volvió a su oficina y C

tras desayuna, aparece Bas

y aún no regresa, debe haber ido ha

s pensamientos, trata de encerrar sus sentimientos

fueron a

ce al Resort . Caminó hacia s

o, sofocando aquel deseo de buscar a

vedades? —dijo al contesta

abriel, no aseguró nada, pero hay muchas posibilidades

todos los antecedentes que nos permitan

aré a lo

a de Martin. Lo invitó a caminar por el

e pague por todo el daño que ha causado, tú trabajo aún

á un as bajo la manga, debes tener c

rar el helicópte

su bolso

y a lo lejos la vio, en todo el día la había estado rehuyen

, estoy de regreso

que mantuviera el equilibrio. Ese contacto tan cercano provocó en ella un despertar. Catalina fue consciente de la vitalidad, de la textura de la

iendo la dureza y lo redondo de sus pechos. Al abrazarlo por el c

manteniendo con delicadeza entre sus brazos aquel bello y frágil cuerpo.Inclinó la cabeza para

voz temblorosa, rev

óvil. Solo la ven

volvió a

o de deseo

stimas—dijo co

o es mi inten

uedando en quietud, recuperan

ensa, que nunca se le ocurrió pensar que

salir corriendo, luego de un

e joven e inocente había permanecido entre los problemas y el abuso. Si la protegí

nto—dijo co

su rostro, y solo la armadura de fingida

bello oscuro, introducir su cara en esa fragancia de flores. Per

uen viaje—deseo

jo la atenta mir

la mano com

Julián se hallaba

ia tendría que r

sobre el lugar donde se encontraba Catalina,

enorme cantidad de agua semejante a un gr

alir corriendo lejos de la mujer que traspasa su guardia. Cobarde o n

con sus abogados a la espera d

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