y la seguí. Ella camino entre los autos deteniéndose al lado de uno de color blanco, era
me preguntó con
té un poco
, me baje tanto mis pantalones como el bóxer dejando libre mi longitud, ella al verlo lo acaricio y se acomodó sobre el dejándose caer, yo no podía creer lo que estaba pasando, lleve mi mano derecha hacia su cuello desatando el nudo de los tirantes del vestido, sus pechos quedaron libres frente a mi rostro,
eves saltaban por el impacto que realizaba, mi respiración se comenzó a dificultar, el momento estaba llegando y como un choque eléctrico llego el orgasmo, dejando que liberara u
s servicios, pu
ento impactante y excitante esas ú
ió ella de manera fría mien
se detuvo en el primer piso en donde me baje, retire mi chaqueta y salí del casino, l
me daba mucha rabia, ya que me sentía usado, llegué a uno de los semáforos que estaba en rojo, así que me detuve cuand
es?. –Me se
rvicios, ¿se puede?. –Ella era
te!. –Ya había entendido, pero querí
rminar con lo que empezamos?. –La tent
drías que venir a deja
podía dejar de mirarla, era muy hermosa y sexy, por lo que
o empezó a subir lentamente hacia su entre
o lo iba hacer, introduje dos dedos en su interior, los cuales sacab
eras iniciaron a menearse con el tacto, sus piernas se contraían por el place
detengas. –Habíamos llegado al es
ayudó a colocar la bandera. Ella estaba con sus piernas juntas lo que aumentaba el roce en cada embestida, sus movimientos eran rápidos, yo estaba con el respaldo normal; por
ndo este llegó la escuché dar un fuerte gemido tras un golpe en el tablero, se que
ió la otra puerta sacó las llaves del auto y su bolso, me baje y cerró con ll
drás que llevarme –le mencioné
anas de salir de nuevo –me c
a delicado, sin embargo, se percibía su deseo, mis manos las puse en su espalda, su piel era extremadamente suave, escuché que las puertas se abrieron y bajamos del ascensor, ella me llevaba tomado de la mano, se detuvo a
a recorrerlas con mis manos y mis labios, sus pechos eran grandes, pero no exagerados, rellenaban perfectamente mis manos, estaban levemente caídas, sin embargo, no representaban su edad, su intimidad estaba depilada por lo que podía observar cada detalle de ella, comenzó a caminar ha
punta hasta su final, de arriba abajo y su muñeca hacia un pequeño movimiento circular que provocaba cambios de presión, provocando que mi erección se mantuviera más dura, fue cosa de segundos para que acercara su boca a jug
omento no me permití tomar la iniciativa en cuanto al cambio de posiciones, ya que ella era bastante
llo, imaginé que se había dirigido al baño, yo m
la vista y ella estaba apoyada en
le contesté un poco ruborizado,
ido retirarte de mi departamento. –El
rlo? –le pregunté c
apetito sexual. –Me agarró del