img Feo amor  /  Capítulo 3 II | 7.89%
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Historia

Capítulo 3 II

Palabras:1208    |    Actualizado en: 18/04/2022

z de aquella mujer se clavaba en su mente y no podía sacarla «¡Qué feo eres!» reco

y descubrió a aquella rubia con la que había tropezado por

tás

ntió con

S

negó silencioso—. ¿Qué te parece si vamos a c

aban por su mente, ¿Cuál motivo orillaba a una mujer hermosa a acercarse a un hombre feo como él? No lo entendía, pensó

esta y tomó la mano del hombre invitándolo

jos del mismo color, era alta y hermosa, se hacía notar en todos lados, por su porte dulce, ingenuo y perfecto, sin embargo, ella no era así. Se exigía ser la mejor, quería la

evitar chismes sobre una rivalidad con la rusa, aunque ya la detestaba con t

n feo»

montón de gente iba delante de ellos, ella admir

tan hermos

, admiró como sus ojos ver

dijo

o tu nombre —re

me lla

mbre, suena muy

lencio, no sab

Elizabeth era una novedad, comieron bur

oso! —dijo m

l, las otras mujeres que él conocía siempre estaban comiendo en lugares lujosos, ninguna admitiría un lugar co

mi madre, vine a una competencia mund

gana

la verdad no sé cómo

, seguro de que era

menzaron a murmurar, su cotilleo podía escucharse a di

ignorando y continuando con lo suy

iño, tengo algo de plata, de veras, no tienes que exponerte con esté

üenza y bajó el rostro para no mirarla, lo cierto e

me refiero al tamaño que te falta… —dijo grotesca y con furia, Otto abrió bien los ojos, incrédulo, mient

demostraré lo que

tentó acercarse, aquel acto enloqueció a Otto, no iba a permitir

ue aquel contrincante se volvier

kenstein, me la

la, el hombre terminó siendo abucheado por los comensales, junto a su

hagas caso Otto, hay dem

atalló para sacarle palabras de la boca, estaban por llegar a Sayer

algo que te molestar

ue sus manos se humedecían de nervios por sentir su piel sobre

, supongo. Para mí es usual, yo soy feo —bajó la

o que dicen con sus palabras, lo que hacen con sus actos. Así que, dudó mucho que seas feo —dijo sonriendo, Otto quería correr, su corazón latía como un

cualquier hombre con el que hubiese salido, sin embargo, tenía algo que la inqu

ce no dejaba de hablar de lo mal que le caía Bian

unos jóvenes a las puertas del edific

iene! ¡Qué tipo tan feo! Espero que tenga al

quién es é

negó,

tto S

tapó su boca para

nsó, sintió su cuerpo temblar de rabia, frunció el ceño, recelosa

s me ganarás» La mirada de Alice se volvió venenosa, pensando en

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