a que sucedería esto. Me enamoraría y luego estaría atontada. Sí ya estaba en las nubes, ni se imaginan como
ar así se daba en el desierto en donde ellos vivían. Me comentó que era precioso. La luna del tamaño de un ogro, iluminando la arena que daba la sensación de ser oro y plata al mismo tiempo, que su combinación se llamaba peltre y con una fogata, la
la cabeza suspirando. Pero, como lo hizo anteriormente, me dijo que se encargaría. Que sol
r. Ya que todo lo que me había propuesto, me sonaba a las novelas que leí
s que se lo tomó un poco a pecho, ya que no le gusto para nada y calculé que Kahina tuvo que correrse unos cinco
a de dos cosas, no solo Shade daba miedo y que, si a el
imos a hablar sobre la ruta,
intemperie y no tuvimos la oportunidad de reabastecernos. Por ende, tuvimos que comer sobras o frutos silvestres. No poseíamos talento con la naturaleza y menos para encontrar comida. Ninguno era hijo de ca
go estúpido. Ya que, solo se trataban de erizos que habían seguido el olor de los frutos y le habían clavado una de sus agujas a Shade al pasar. Esta se levantó creyendo que era algún ataque ex
oco más unidos. A pesar, de que Shade no quisiera internalizarse
idad estrafalaria me agradaba más. Sin embargo, había cosas que t
uel inoportuno episodio. El atacante misterioso por suerte no había
orado por nosotros y no sabíamos por dónde de
o, nos había tomado más tiempo encontrar el camino correcto. El problema
que recurrir al se
para mí y
sa o algún medio de transporte marítimo que nosotros hiciéramos. Ya que, aquellos mares estaban infestados de criaturas. Algunas conocidas y otras desconocidas. Solo se atrevían a internarse, algunos marineros que les interesaba saber que se escondía en ellas. Muchos inventaban o contaban relatos. De sus propias aventuras o ajenas. De ahí salie
as langostas gigantes que tienen similitud con los
iera se atrevía a entrar en ellos. Por lo cual, teníamos que rodear a
ífica por pasajero, más nuestras pertenencias. Entre ellas, nuestros equinos y en el caso de Kahina, su camello. A estos, los ubicaron en las bodegas. Nos promeodo tipo. Había desde, humanos enteros a humanos mitad animales; bestias completas, como de
o por tener alas, cabello de oro u ojos de color verde agua con turquesa hasta azul marino. Es más, creo
aber nacido, solo por tener algunas características diferentes, que p
a magia o en las actividades artísticas. Ya que, nos destacábamos bien en esos ámbitos. Como también, en la música. Somos buenos en los instrumentos de cuerda, por ejemplo el Arpa. Sin contar, en el dibujo y la pintura, en la poesía y en las manualidades. Pero estas ca
ándome impacientes. Era hora de sarpar y seguía en mi mundo. Lueg
Lo describían como la máquina del futuro. Algo que en varios años nos llevaría a conocer nuevas tierras y cri
Además, poseía cañones para defenderse de las criaturas de los mares profundos. Aunque, no eran tan necesarios aquellos instrumentos que p
o la cuota para que nos llevara una gran cantidad de kilómetros d
nunca lo había hecho. Quería conocer a esas cri