el hecho de que su frente tenía una herida que poco a poco se iba haciendo más grande. El rey se mantuvo a su lado durante todo el día, este man
su estadía en el palacio debía de esperar, porqu
antes, todo estaba saliéndose de sus manos. ¿Cómo se suponía que tenía que cuidar a Dayana si
rios sirvientes—. Traje el medicamento que le hice a
muró, sintiéndose aún peor que antes—. Siento que nada de lo que h
o la tendrá nuevamente con usted —el beta ayudó a los demás sirvi
olamente estaba en la persona u
udiese tragarlo por su cuenta, por lo que no le quedó de otra más que hacerlo a su manera. Tenía un sabor amargo que casi le hace vomit
poco más en la boca—. Eres una chica muy fu
fa tuvo que ponerle la mano en la boca para que no vomitara
e en el piso—. Es para que puedas sentirte mejor y que p
volvió a toser—
—enarcó una ceja—. ¿Quién te golpeó y amarró d
—. No recuerdo mucho de lo que pasó
ien te hizo esto, pero lo estás protegiendo, ¿No crees que tu
—quiso alejarse, pero el rey s
omo para que salgas ahora con
una pausa—. ¿M
también tiene derecho a ver si d
incómoda—. No sé cómo es qu
o eran castigados los
ne secretos que
os labios de la omega—. Será mejor que me ahorres el trabajo de tener que castigarte debido a que no quieres decirle a tu rey que es
stás am
la alejó—. Tarde o temprano
uvo en silencio—. Me duele mucho la cabeza como pa
ario—. Come algo y luego puedes volver a dormir,
eó hasta el otro extremo de la cama, mostr
i nada? —se sentó en el mismo lugar de antes—. Siempre me habla
debo d
asunto—. Come, porque es todo lo
a cama, arrodillándose frente a Thiago—. No
nojado —acarició su cabello—. Me g
cen los ancianos es c
a dice muchas cosas que son mentiras. Aún sigo con vida
te las caricias—. No me gustaría que te alejaras
uego duerme. Tengo que terminar e
a—. Si deseas, puedes dormir
maré en
rmió con ell
nde la estaba esperando Thiago o regresar a su habitación en donde estaba más segura, solamen
en sus hombros—. Me gustaría que te quedara
a pasos lentos—. ¿No pued
verte y tú no puedes quedarte en la habit
e gusta bajar —se agarró fuertemente contra el b
omo esta se quejaba y como estaba a punto de llorar porque la estaban ob
dió su mano hacia Day
n hilo de voz—. ¿Me vas a dejar q
el carruaje—. Cada semana, no importa el día que vaya, —la
ué c
que hago, es matarlos por robarle… son campesinos que lo único que tienen son sus tierras y la
ntiendo como hay gente que se pasa todo el tiempo robando. Una vez presencié eso en el bosque y no era nada grato… mi padre deja
e tu madre murió —chasqueó la lengua — Por esa razón las personas se han desplazad
go malo, ¿N
us dedos—. Mi madre… nadie la vio jamá
que tu madre era
ando obras a manos y que cuando salía era con el rostro tapado —hizo una mueca—. Ella no hablaba mucho,
ara que todos tuvieran una oportun
onstruo que únicamente se dedicaba
mejillas—. Eres demasiado hermosa, no llores. Ella quiso tenerte, estás con