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Historia

Capítulo 2 Entre tu y yo❤️

Palabras:3519    |    Actualizado en: 31/05/2022

si no fuera un rayo que te parte los huesos

o Cor

re había deseado tener hermanos con los cuales jugar, pero el

igual de estúpidos que tú, así que p

, era mejor así, ellos no tendrían que cargar con la mi

tal?, mi trabajo comienza a las 10:00

nde rayos están? Salgo corriendo

s de la cerámica, mamá aparece al final del pasillo. Me mira con expr

medias negras? —pregunto a toda v

osas, jovencita. —Entrecierra los ojos y ella y la masa

as dentro de mi ropa, estaba tan emocionada de que voy a trabajar, q

te del espejo. Me visto con una camisa negra elegante, pantalones finos negros apretados a mis pier

«vertedero». —oigo la voz de mi madre regañándome, pero por estar muy ocupada hago caso omiso a lo que me dijo y tal vez en la noche arregle mi caos de habitación.

mesa de madera y meto el dedo e

upada y no puedo estar siempre pendie

la noche, cuando te cases yo no voy a ir a limpiarte la casa tuya y de tu marido, ¡Sinvergüenza! Límpiala tú. —me dic

go porque debería estar dándole la agenda de hoy a mi jefe Mark antes de que me d

trabajo, mucho esfuerzo te costó para q

Digo esto mientras me aplic

educada y respetuosa, te quiero

over, pero peor aún la lluvia está superfuerte y me empapa todo el cuerpo rápidamente, me paro enfrente de la carretera viendo que no hay autos aún transitando y me veo la ropa, a esto se llama súper empapada, justamente cuando me iba a avalar porque se me callo un anillo oigo un

ina, sus ojos marrones claros, una mandíbula muy definida y es blancamente pálido y no hay que hablar de su cabello largo ruso que le llega hasta la mandíbula. Me qued

gustar que una desconocida lo esté desnudando en plena calle. —. Podría quitarse del medio, en estos minutos que estoy aquí he pe

mo me acaba de hablar, así que me encamino hacia

ncerniente a lo de que me he quedado maravillándolo a usted, no, no es así, ni que fuera Chris Evans, además tengo problemas de la vista y estoy uti

enden no se disculpan, así que yo no lo haré. Me volteo para ver si me sigue o algo así y me encuentro con la calle vacía, no sé por q

A.M., «Dios me va

, pero entrando escucho en altavoz que hay en una de las esquinas que dice: SEÑORITA RODRÍGUEZ, A MI OFICINA DE INMEDIATO ni

ela

er con un ruso o alemán, ya que no entiendo n

é si es idiota o no

moje, no tenia

e corazón... — dice haciendo comillas con sus dedos, además de que no me deja terminar

i para llegar temprano, le prometo que no volverá a suc

a—. Me voy por 6 meses, tengo problemas con mi enfermedad del corazón, así que mi único hijo vendrá y usted será su secretaria en el tiempo que

ta me voy a mi escritorio a terminar de redactar las cartas que me encar

tándose en su silla e ig

artas, organizo mi escritorio y salgo de mi oficina para ir a la de mi jefe, pero como siempre tengo que hacer una de mis estupideces, choco con un señor justo cuando salgo de mi oficina y este señor tenía un café el cual ya está en el piso y regado en su traje de tres piezas

o—. Tú, de nuevo, dime ¿Cómo trabajas aquí insolente?, porque no creo que mi padre s

i no me quiere despídame, pero se me escapa algo verdad... —ladeo la cabeza y pongo mi s

opa de niña salida de una correccional, esta empresa es de gente de alta estima y con dinero, aunque no tengas, da a demostrar que sí, ¿quieres?. —Me dice mirándome de

, no lo soporto. Me encamino hacia la oficina y lleno papeles, firmo papeles y así me paso la tarde entera, cuando reviso mi iPhone veo que son las 9:35 P.M. de la noche, ni siquiera me había

ue recuerdo es que es un: capullo, gilipollas, imbécil, mal hablado, insolente, prepotente y si comienzo la lista terminamos mañana de eso estoy segura. Realmente nunca había visto un pel

impulso de querer tocarlo, para sa

co para poder presionar el botón del panel para mantenerlas abier

con su presencia, podrías esperar al otro ascensor, ¿verdad? —me dice señalándome hacia f

primer piso para poder irme del lugar —. Tengo cosas que hacer y no veo porque le molestaría a usted

udiendo y sonriéndome con esos dientes tan perfectos, pero su sonrisa es más falsa que mi creencia de que

señor

separarme de él lo más rápido posible, pero como siempre, él es más rápido, me alcanza y me agarra

mal y ¿ahora quiere llevarme a mi casa? Pues no, esperaré a un taxi, autobús o lo que sea que aparezca, pero con usted ni a la esquina de mi casa voy. —le digo soltándome de mala gana y mirándolo con fu

dudo que encuentres un taxi a estas horas —Me dice tocándome la mejilla, pero me separo de inmediato, ya que es

lógico, no quiero que me haga el favor, cállese y aléjese de m

o siento, no soy así realmente. Por favor déjame llevarte a tu casa. —ext

edo puede venir un psicópata, matarme y tirarme a un lago por ahí, tengo que dejar de ver películas de terror. M

spiro, tragándome el orgullo, porque la verdad es estúpido, me quedo embobada mirándo

te porque es tarde y dentro de mi seco corazón hay un poco de bondad. —sigue con la v

encararlo y se comienza a reír a carcajadas, ¿qué?, ¿Cómo?, se está burlando de mí, pues no señor, le suelto un guantazo en el brazo y él deja de reír

nríe y es la primera vez que lo veo sonreír normal, que no se ve que es falsa su sonrisa. Tiene una sonrisa angelical, pero este no me va a engañar tan rápido, él viene desde

uera blanca —. Como verás aquí en calle bonita vivimos humildeme

r desde los nueve años, ya que no alcanzaba el dinero en mi casa, no tuve una infancia de unicornios dónde podía dormirme a la hora que quería y comer o hacer lo que quisiese. No, mantuve a mi mamá

e, no puedo imaginar lo difícil que ha de ser la vida sin un padre, yo tuve u

llevar por el impuls

, que creo que he mojado las bragas, me mira y veo perversión en sus ojos, hay DIOS, en que me he meti

piojo entre ellos —lo miro y comienza a reírse, es que odio que se ría de m

blando contigo, pero tengo que irme —Se baja del auto y se encamina hacia mi puerta, la abre y me da la m

y... —Le digo esto encaminándome hacia la puerta de mi

un siglo que nadie te toca porque ese mal humor y esa forma de vestir deja mucho que ver —señala mi atuendo y comien

di

nda vete

ra ver si ya estoy bien, en lo que pienso sale mama de casa y comienza a ato

ar y comentar, eso me ayuda m

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