se vestido no combinaba con las bragas. Se moldeó bajo su
silencio, viendo la locu
e y quién también sabía cómo ll
cándalo, pero eso s
uagésimo quinto cum
ca le importó que no la invitaran a ninguna de
mo qui
gún tipo de contacto físico. Ella no le impo
largos
o e hizo una mueca leve. S
za era i
pejo y ver la imagen de aquella mujer qu
lada y desprecia
ariencia, voz o cualquier cosa que hiciera, no se ca
su padre. Un escritor tranquilo que se había divorciado tras v
or su esposa
sur de Italia y desde entonces se han visto dos o tr
grado vivir con una muj
con Marlene Costa, con su ego in
casa que alguna vez había sido de
bía sido vendida por su mad
Marlene. Y por mucho que le había suplicado que se lo devolviera, su madre se había negad
on truncados por la ambición de su madre y por supuesto, nunca pudo aceptar que
, una familia, de hecho, muy difer
eliciosos pasteles y dulces, y escondía juguetes en Navidad, tal como siempre soñó
redara la propiedad por su cuenta.
para tener alg
dada! ¿Cómo podía el padre haber
zado que solo le había contado lo
a haber jugado algún juego de seducción para que él
ir a la fiesta
mo solía hacer, ella se enfr
La niña que lloraba tratando de entender por qué tanto
ndiente disp
cer a su nuevo novio.
etida con un hombre vei
óvenes! ¡Fue una mentira! Le enca
s estaban casados, jóvenes o
ultural cuerpo de su madre. Comparó a su
tagonismo, especialmente cuando las amigas de su hija est
ra fría, calculadora
era imposible hacerles creer. Fabiane se sintió impo
su cuerpo tomaba formas y la gente, sobre todo los c
tributos, por lo que no podía soportar
adre nar
con su madre, queriendo lla
su hija en todo. Siempre querie
que hizo Fabiane fue motivo
re. Y cuando la enfrentó, su madre la abofeteó y luego
dre incomprendida, y luego t
aban con Fabiane gritando y su ma
oque final a su maquillaje. Esta noche haría
ometido, tal como lo
ía la atención de
la hija despreciada que
todo lo posible para no ser el centro d
agen en
strando sutilmente sus curvas. Sus piernas es
an enmarcados ba
aliente,
eron el toque sexy
e y cayó sobre su hombro. Se los había cortado esa s
ra tu
rriendo recogiendo sus bragas en
pensó,