ser humano, para él las mujeres eran los seres más puros y nobles que Dios haya podi
lma, sintió el dolor que ella sentía incluso hasta el acoso
y le dio esperanzas a una solución. Le pidió esperarlo unos días para ayudarla a soluc
personal en la oficina. Don Maximiliano se levantó de inmediato y se dirigió a la puerta para abrirla mi
o pasando de largo e instalándose en el centro la oficina mientras su a
cede? —preguntó mientras recorría con su mirada
testar cualquier pregunta se dirigió al hombre que esperaba en la puer
y a su memoria llegó el atrevido acercamiento que tuvieron en el ascensor, su cuerpo empezó a reaccionar y por el momento se dejó llevar por el deseo, pero su en
cia de Arturo hizo que Rebecca deja
anco, así deja de andar por las ramas —habló sin mostrar temor
tas porque entiende muy bien la insinuaciones —respondió en voz baja, solo para que el
lo puso tan duro que sintió su p
o una fuerte bofetada que resonó en el lugar haciendo que lo
que ardía por el impacto y su cora
insultarme y de paso a ofender a su padre. Si cree que por ser su hijo le da derecho a humillarme,
que mi despido es lo mejor por este atrevimiento no tendré ninguna
has hecho nada que no sea defenderte del idiota de
e su atrevimiento, temía perder su trabajo, era importante para ella pue
ía un trago del minibar tratando de, primero intentar bajar la notoria erección que le provocó y segundo, manten
ostro mostrando la satisfacción de haber encontrado la mujer perf
y aunque ellos trataran de ocultarlo, era má
un deseo reprimido de besarlo incansablemente, de tenerlo preso entre sus piernas y demostrarle la verdadera mujer de la que se burlaba casi que, a diario, quería amarrarlo y someterlo a todos los deseos que reprimía por temor a verse como una sucia pecadora, pero que solo
para quien es
usto soltando los documen
nde saliste? —dijo agachándose para r
or el pasillo —ella posó sus ojos en Amber escudriñán
mucho all
e que te llamó el señor Myers, el de los hoteles JW Marriot —Rebecca dejó
r Myers?
la tarde para finiquitar l
ué hora ex
dijo que p
n su escritorio para tomar su agenda—. Espero que no haya nada importante por la tarde, no t
dijo despidiéndose y
icina, se colocó en pie y caminó hacia la puerta con un gesto coqueto y sensual mirando a los ojos a Arturo, lue
n —contestó Brun
aría, pero fue todo lo contrario. La bella y sensual mujer que lo miraba tomó en sus manos el pomo d
en carcajadas, pues entendi
—dijo apretando los dientes y
a para ponerla en sus piernas con el culo arriba y darle unos buenos
o. Se nota cu
rio, la
más... dame duro papi —decía Bruno con voz de mujer excitada y haciendo un sexi movi
s los miraban contrariados por las escenas qu
os nos están viendo. Ahora
Arturo junto con movimientos de hombros mientras los emp
oséeme, y dame
más me acostaré con una mujer
bía soñado, sino que también se excitaba co
ecca, qué me