img Los tonos negros del arcoíris  /  Capítulo 4 La otra cara | 10.81%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 La otra cara

Palabras:2548    |    Actualizado en: 19/06/2022

escubierto por un chico ciego que cargaba con un humor del demonio, y es que Marcus Kraft no parec

necesitaba llevarse bien con ese joven para tener una estancia tranquila en aquel departamento y d

i negro, unos ojos que, pese a no ver mostraban su descontento. Nunca vio tanto d

ué haces en m

hubo librado de él llegó hasta la puerta, miró hacia atrás para verlo y lo encontró en la misma p

o quería mole

do por la forma en la que imponía su presencia. Su esencia en sí era lo que más com

emana antes de su viaje para acordar qué es lo que haría y qué día podía mudarse al departam

mucho debido a que no deseaba interrumpirlo, así que todo lo que sucedió en aquella cena tuvo que guardárselo para él, sobre t

*

sobre su cabeza. El golpe inesperado había servido para despertarlo de aquel profundo sueño donde Kraft lo castigaba duramente por haber entrado

eces ahí por más tiempo —le dijo Aaron mi

a a trabajar y ya se veía torturado por Marcus. Había despertado más de siete veces en toda la noche y

o de dormir, que era su cam

prince, su amigo, el que no se rendía ante las circunstancias, ni siquiera cuando su

lo dices en serio? —Milus c

edo, él es oscu

rmal. —el joven negó ant

n él lo es. —Sus mejillas se tornaron rosadas de un

a bañador?, ¿tienen piscin

na. Lo vi sin nada, me metí a su cuarto en un m

—esa voz no había sid

omida a domicilio. Casey solía entrar en el pequeño departamento a menudo, puesto que Aaron guardaba un repuesto de llaves

he pensado en eso —r

o. Milus decidió ignorarlo para p

ilus la tomara. El joven olisqueó el contenido con fascinación, tenía bastante hambre—. A

omenzó a repartir los platos con comida,

des, tengo prisa. —Lo vieron

tus clases de hoy comenzaban más t

spués. Grac

s canchas deportivas. No quería perdérselo por nada del mundo, y aunque por lo general solo hacían demostrac

. El profesor estaba ahí animando a sus alumnos mientras vitoreaba y aplaudía en su sitio, nunca había visto una sonrisa tan brillante, era como un

profesor. Descubrió su nombre gracias a aquel jersey blanco que lo tenía grabado, el r

ia, pero luego de que los pasos de baile comenzaran a mostrarse ante los espectadores, descubrió que el profesor

r el lugar, lo dejó casi sin respirar. La voz del profesor de su

s a la pared para poder escuchar lo que acontecía del otro lado del

aquel día —¿Beso? Sintió u

r las cosas claras ese día. P

do del pasillo contuvo el aliento. Quería irse, pero a la

onita y tengo dine

las mujeres —confesó con una tranquilidad que dejó a la chica sin palabras. Aaron, del otro

recuperado del todo de aquella conversación ajena. La guitarra cayó al suelo; el joven solo pudo mirar a los ojos del profesor unos segundos antes de d

*

a más que nunca trabajaría duro para cumplir sus metas. Cuando su amigo lo despidió esa mañana no pudo evitar llorar, se sentía emocionado y a

n el sofá de la sala, sus manos sostenían una fotografía de ella y su familia, estaba llorando. Se acercó a ella

fue capaz de abrazarla. Sabía que estaba sufriendo, ella no quería irse y dejar a

errada a él. El chico pasó una mano por su cabeza y peinó su

co, estoy seguro de que le duele y va a extrañarte, Sunny —deshizo el abrazo. La tomó de ambas mejillas y le sonrió, ese ges

i sale de allí, por favor dile que lo quier

e escuchaba ningún solo ruido, era como si él estuviera solo, sin nadie más, como si Marcus no existiera. Suspiró, sería

algo sencillo pero delicioso para los dos, cuando fue hacia la puerta de M

apretó las manos en puño y le sacó

es de que se enfríe! —le dijo inten

se encontraba sirviendo la cena. Preparó algo ligero para los dos y los sirvió en dos platos.

trar de nuevo a su cuarto sin permiso. Lavó el plato y se dirigió al que sería el suyo a partir de ahora. Sunny hab

a ayudara. Sabía que podía confiar en su madre, y aunque la mujer le rogó que le dijera dónde estaba, le hizo prometer que no le preguntaría nada a Sunny cuando la viera. Su mamá había quedado en ofrecerle un espacio dónde qu

fuerte ¿Se había metido alguien a robar? Con cuidado salió de la habitación, miró por el pasillo, estaba muy oscuro y no podía ver nada. Entonces

llas de cerveza vacías tiradas en el suelo y dos más sobre el escritorio. Marcus daba tragos de vez en cuando, volviendo después a mover sus dedos sobre el teclado. Estaba completamente ebrio ¿Había tomado las botel

ogro, alcohó

fue auxiliado por él, quie

a dormir —lo regañó,

ebrio —r

onces qué haces?,

para después cantar—: “I see a little silhouette of a m

ra borracho, pero que un chico como él hiciera ese tipo de cosas era sorpresivo y b

, canta

, pero siguió tocando, esperando una respuesta positiva de

conocía y que le resultaba increíblemente irritante. Supuso que en el fondo Marcus

a se encontraba en la cama, y que al poco tiempo cayó dormido—. Fue un placer

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY