n rápido que

bre, lo vi clavar su arma en el cuello de Saia, sin la menor intención de d

tent

ello y a pesar de haberlo hecho, la sangre corría por el

no ver como asesinaban a la chica y ella

te hasta mí, y sentí todo el p

e estaba ejerciendo,y a la que no parecía estar acostumbrado, pues

de sus acciones hasta ese momento y a eso le sumaba, la fama que le precedía. Sin embargo

zo que aún sostenía la daga pegada al cuello sangrante de la chica —ha

la existencia de ese hijo, o no habría

ue protagonizabamos. Su hermana no se movía y Asad seguía te

distancia que nos separaba y viend

puedes matarla o estarás asesinando a t

no teníamos tiempo de averiguar el por q

s, portando en una la daga y echarse

ra y su vuelta de espaldas a nosotros para mirar a Saia, que cerraba los ojos con tanta fue

losa y casi satánica, dejándome completamente perdida en su posible

Se dió la vuelta sin que pudiéramos esperarlo y lanzó la daga contr

pejo detrás de ella, haciéndolo pedazos en el suelo, rompiendo el bullicio nervioso que había de

barazada?—ella bajaba la vista al suelo y yo no entendía a dónde quería llegar

deció con lágrimas infinitas bajando por sus mejillas. L

de mí?, explícale a mi princesa, como demonios hay u

i boca, tapando el asombro que quer

con algo así, si él tan fá

fendido; pero al menos había salvado

blaa

iencia que nunca había tenido, me tomó con cuidado de

ercanía de su cuerpo detrás del mío me sup

a él —quería tener tiempo de que me viera como una posibilidad para se

a decir algo que evidentemente no quería que yo s

s a

an much

a historia de dos años y no

derlo, y casi

su cuerpo, fijándome a su figura haciéndome notar qu

do como Sabrinna —me besó en el cuello,deslizando su nariz por mi mejilla y sentí vergüenza de que lo hiciera frente a ellos y mi cuerpo se excitara sin control —vas a pagar a tu princesa de manera justa—anunció convincente —Como ella no necesita sentir

estoy embarazada de nadie señor. Pero por favor

vado hasta ese momento y se veía que por algún motivo que

ncionado Cenk hablaba decretando y tomando a su hermana de l

alteza, la única esposa. Prometo servirle en lo que sea,