perada verdad, que les había explotado en sus narices, como una poderosa bomba. Ni siquiera lograban concebir el sueño, por el insomnio que les provocaba saber, que sus habita

asientos estaban ubicados de frente. Las marcas de su noche pasional, estaban p

edrick y sus amigos estaban sentados en el verdo

lo distraían de la animosa charla, que sostenían sus cuatro compañeros, pues Carl, también est

í —dijo Armand, golpeándole la costilla con su

airado—. ¿Quién esa misteriosa mu

oder. Era la mujer más hermosa que había conocido. Además de esos labios carnosos, esas curvas de infarto, esas caderas de guitarra, ese trasero

palabras grotescas —dijo Hedrick con

iga de su madre, pero también por un extraño sentimiento de pertene

apaste con ella, cierto? —interrogó Andrei, haciendo partícipe de la ani

drick y sus amigo

hasta que nos digas la verdad. ¿Si

arlo de un lado para otras, m

ro es lo único que les diré. Si insisten en que les cuente detalles, porque sé qu

ojos, para luego comenzar a silbar y volverlo a zarand

mujer mayor a la cama —dijo Aaron, orgulloso y con lágrimas improvisadas—. Ahora ere

también quiero vivir tu sueño, Hedrick. ¿Tendrá más amigas así

de su madre y sintió escalofríos por la s

a ver. Eso ya ha acabado —mintió, para que lo dejaran en paz.

ue ya no volverás a ver a tu hermosa dama;

mejor, para que no estuvieran indagando sobre que esa misma mujer, er

k, pero no pudo a

mosexual? —preguntó un muchacho con malicia

ual? ¿De qué estupid

ándose cariño a vista pública? Al menos

de los amigos de Hedrick. Aaron comenzó a ver a los lados y se percató que los demás estudiante

celebrand

sus celebracion

ue quieren? —

sacó un balón de su mochila—. ¿Un partido de micro en l

qué

de la

estar

se marcharon entre risas. Hedrick acomodó

us amigos lo rodearon y le bl

Espero que vayas a cambiarte. La

ni siqui

de la universidad y al final, decidió quedarse con su madre. Había termin

y nos has dejado solos. Su arque

para distraerte y para que no pienses

de administración. Hedrick

r la indiferencia de esa hermosa mujer, que ni siquiera se había dignado a mirarlo o dedicarlo un simple hola. Abordó el bus y en pocos minutos llegó hasta su casa. Ella estaba ahí. Debían solucionar su situación y luego de la conversación son sus