elajante. Buscaban a sus acompañantes de la noche para luego ir a un ambiente más movido como lo era el de una discoteca. Según ellos, encontrar p

r, por ahora, porque él era un buen conversador. Uno de sus amigos le hizo señas con su cabeza y vio a la hermosa mujer con vestido vino tinto, que había entrado al establecimiento. Ella tenía una silueta de ensueño y unas caderas que hechiz

i se atrevía, pero Hedrick rechazo tal acto. Un verdadero hombre no debía apostar nada referente

ideo. Vio el oscuro cabello y notó que el traje tenía una considerable abertura trasera con figura cruzada, por lo que pudo ver la piel blanca y la línea de la espalda de la dama. ¿Acaso esa mujer podría ser más linda?

—preguntó Hedrick,

Había llegado del extranjero y había salido a distraerse un rato. Se había maquillado sin esmero y sin tanto detalle, y se había puesto un elegante vestido vino tinto, sin mangas, que le llegaba hasta por encima de las rodillas, y que, resaltaban sus encantadoras curvas, por lo que revelaba s

te mirada como el cielo, de la extraña y hermosa muj

lo con ella? —dijo Heleanor, tajante y rodando los ojos sin prestarle atención

la realidad? —dijo él con un ton