m,

ería indagar, sol

e te ha lle

ar del sushi en el

e hizo un mohín de sentir nau

réeme que estaba nerviosa

pedido ese plato

pero me he comido una orden

vó la mano a su estómago, tenía ha

da pero tu si puedes hacerlo con la mía?

ntes. —aunque si

lado de la línea—Es hijo de un antropólogo, de l

r de tierra”? —preguntó

jo ha tomado el ca

logos son difíciles en l

stas en el pasado fue antropólo

Ash. Solo diré eso, no d

do para el f

a? No me vas a

rio de bodas de tus padres?

ella y no en él, rogaba para que su hermana Alexandra interrumpiera su luna de miel para ir aunque sea

el depar

—Luego terminó su llamada, se dirigió al chó

, s

. Tocó el timbre y ella abrió, él arqueó una ceja al verla solo con un diminuto bóxer, una blusa de tirantes mostrando la curv

preguntó ella

us labios y le quitó la caja de pizza que tenía en

bierta. Pero ahorita me

en su trasero redondo y trabajado, tenía curvas, más que las mujeres con las que solía salir, pero descartó de inmediato el pensamiento, tenía que dejarse claro por una

k en el centro y un pantalón deportivo, se recogió el cabello en una coleta alta dejando a la vista su largo cuello, Alexandro tuvo q

ella arqueó la ceja mientra

una noche…movida

tarles hablar por qué luego la pizza se enfriaba. Al terminar, ambos estaban recostados en lo

adas más tarde. —se palmeó despacio

rasero. —ella

sto el trasero? —entrecerró

abas hacia acá. Y más con esa dimin

o hubiera hech

se volvió algo extraño, pe

ceño arrugado—A ver, ¿Este fi

ia de

no llegar

suerte. —ella alzó sus ceja

r por toda tu aura sexual que siempre cargas,

el momento? —se quej

te enamoras y luego… ¿Cómo romperte

a nada r

es detenerte. —Alexa

alir mañana por la tarde, solo

compraré el bo

ra de boda así q

—Bueno, ya cenamos, es hora de que te marches a

o él se detuvo sin más haciendo que ella casi tropezara con él. Se giró a ella y bajó la m

é hablas

ue como me romp

taba de brom

uviéramos

que jamás

e ilusionaría y luego me enamoraría

lo dije sarc

er

o, ya márcha

ndría que romperte el corazón. —dijo seguro de sí mismo,

ú, Alexandro Byrne? —él asinti