"¿Cómo es posible que no haya ninguna cámara de vigilancia en una villa tan exclusiva como esta?", preguntó María con superioridad, como si se burlara de la estupidez del padre y la hija por no pensar en eso.
Para ella, ese era un asunto sumamente fácil de tratar. Podrían primero echar un vistazo al video de vigilancia o simplemente llamar a la policía para que se encargara de la situación. Entonces, ¿por qué razón perdieron el tiempo en interrogarla a ella?
Maria, habiendo crecido en un pueblo muy pequeño, conocía muy bien a todos los demás miembros de los Jenkins.
Aunque Bill era el más rico de esa familia, la verdad es que no era el más inteligente.