La hija del General

dice, Rachel

ultaba más difícil de creer era que Rachel, lo aceptara. —“Estas loca.” —le dijo a su hermana soltando un suspiro de resignación, observando como Rachel danzab

aba indignada “¿Acaso no se escuchaba? “Es Teniente” “es teniente” repetía una voz que pasaba por su

o. —No porque tenga un rango y provenga de una buena familia quiere decir que sea un hombre honorable. ¡

aron a Rachel y su respues

o, no quiero eso para mí, quiero más. Quiero ser la dama del Teniente, la esposa que toda mujer en este pueblo envidie. D

o por casualidad la conversación, cuando paso de la sala del comedor a la cocina. Rachel se

ra a ningún sitio. —expreso Tessa con fastidio, no pod

achel mientras diferentes pensamientos de una vida rica

ría de sudor recorrió su mejilla, pero se armó de valentía y la leyó para asegurarse de que su padre no preten

nocían que Tessa prefería entregar su vida al noviciado antes que aceptar un matrimonio arreglado. Si, Tessa aborrecía qu

ió Tess desanimada. —Últimamente en lo úni

uerida? —consulto Antoniet

na voz inquieta y temblorosa. —No importa cuánto me niegue, al

como saboteé mi primer

abuela? —consulto Tessa asombrada. Rachel al escucharl

oto solemne de castidad. Me negaba a que

sumándose a la conversación. —¡Cuéntanos! ¿Qué dijo la familia de

El día de la celebración, su abuela no tuvo mejor idea que decirle al sacerd

— Consulto Tessa sonrié

con una sonrisa tomando sus

ograste que se

rente de su esposa y retornando de nuevo para la sala conjun

servando marchar a su esposo. —A veces solemos ser tan obst

nal abuela— espeto T

ndola de la mano—Solo, cuando llegue el moment

pero... ¿Acaso intentaba mostrarle el camin