img Virgen Comprada y otras historias  /  Capítulo 4 Virgen comprada: Parte D | 16.00%
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Historia

Capítulo 4 Virgen comprada: Parte D

Palabras:4081    |    Actualizado en: 10/11/2022

ítu

ra A

a sido una auténtica tortura. Quería seguir burlándome de ella, jugando con su cuerpo y mostrándole todo lo que se había perdido. En cambio, retrocedí, dándole el espacio que necesita, incluso si es lo último que necesito. Estoy cansado de esperar, cansado de mirarla, de quererla. Una noche no fue suficiente. Ambos lo sabemo

alanceando las caderas con cada paso que da. Cuand

que querías— dice ent

lla sostiene el sobre. El silencio llena el e

n—rec

esta. Tu quieres esto. Puedo verlo en tus ojos, pero quieres luchar contra estos sentimientos y ¿sabes qué? Est

otro paso. Estoy casi frente a ella cuando finalmente da un paso atrás. Solo que ella no está fuera de la puerta. Ella está presi

Hay fuego en sus ojos—.Solo di

son

es que ella huya de mí. Sus pezones están duros como una piedra, presionando contra su camisa, y me pregunto si todo este tiempo ella necesitaba

podría

allí. Solo somos tú y yo. Quítatela —le

nándome cerca de su cuello, la siento temblar—. Sé que no eres una mujer cualquiera. Se muchas cosas de ti, y vender tu cuerpo por dinero, eso no era algo que querías. Tienes suerte de tenerme a mí en lugar de a otra persona que hubiera hecho de tu noche un

cosas raras, ¿ve

. No pued

en, deberías probar algo

virgen má

s. Para mí, ella es la mejor mujer con la que he estado y tengo la intención de tomarme mi tiempo. No tiene idea de cuál es mi plan principal y no voy a decírselo, todavía no. Madeline no está lista para saberlo, pero cuando lo haga, estará lista para lidiar con eso y conmigo. Con solo su ropa interior puesta, se para frente a mí, luciendo insegura. Allí no hay confianza. Extendiendo la mano, deslizo el tirante de su sujetador por su brazo, viendo cómo cae suelto hasta su codo. Hago lo mismo con el siguiente. Acercándola, le doy un golpecito al cierre del sujetador y se abre de un salto. La ayudo a quitárselo, dejando que el objeto caiga al suelo.

s manos por su espalda, hasta su trasero para acercarla

ue?— ella

a mientras continúo a

o excitante que podía ser tener a una mujer sonrojada en mi cama, pero no hay forma de evitarlo. M

rir su cuerpo, y no lo permitiré—.Reclínate—agrego. Ella hace lo que

Mi broma anterior la está ayudando a relajarse. Finalmente apartando la mirada, me acerco a su entrada y toco su coño. No penetro, solo bromeo sobre lo que puedo hacer. Dice mí nombre, una, dos, tres veces, antes de finalmente levantar su pelvis hasta mí cara. Chupo su clítoris, mordiéndolo lo suficiente para escuchar su grito de dolor, que calmo con mi lengua. Mantengo sus caderas agarradas mientras ella se mueve entre mis brazos. Cuando no puedo soportarlo más, me aparto, deslizo mis manos hacia su coño y abro esos labios para ver su agujero y clítoris. Pasando dos dedos por su nudo, moviéndolos hacia abajo, los deslizo dentro de ella, sintiendo lo apretada y húmeda que está. Dentro y fuera, empujo dentro de ella. Presionando mi pulgar contra su clítoris, moviéndome de lado a lado, la veo tomar mis dedos, su coño estirándose alrededor de los dedos. Ella se balancea sobre ellos, profundizándolos. Cuando agrego un tercer dedo, se detiene mientr

ítu

Made

s pantalones, junto con los calzoncillos bóxer oscuros que usa. Su polla larga y gruesa salta hacia adelante. Estoy hipnotizada por él. Pasa la mano de un lado a otro a lo largo de su longitud, tirando hacia atrás el prepucio para revelar la cabeza en forma de hongo. No puedo cre

lrededor de su cuello, sosteniéndolo mientras se mueve para que su espalda esté contra el sofá. Mis piernas rodean su cintura y él está sentado hasta la empuñadura dentro de mí. Es tan grande que resulta un poco incómodo. Mientras sus dedos acarician mí espalda, miro sus labios. No sé qué me posee, pero no puedo evitar inclinarme hacia adelante y tomar sus labios. Besándolo por primera vez, presiono su mejilla, explorando su boca. Su mano se hunde en mí cabello, sosteniéndome aún más cerca. Allan toma el control del beso, mordiendo mis labios. El puro poder en él no se me escapa. Él podía hacer lo que quisiera conmigo y yo no podía hacer nada al respecto. Incluso con los moretones que dejó en mí piel, no le tenía miedo. Nunca le tendré miedo. Él impulsa mí necesidad por él más. Su polla palpita profundamente dentro de mí, pero no tiene prisa por follar. Acaricia mí espalda, trazando mí trasero, y me sorprende cuando un solo dedo se curva alrededor de la espalda, acariciando mí ano. No me habían explorado allí antes, y él lo sabe. Él sabe todo sobre mí cuerpo. Él es el único hombre que alg

a su hombro, cabalgo su polla hasta el final, sintiendo su pulso mientras llena el condón con su semen. Ambos estamos jadeando. No sé cuánto tiempo estamos sentados allí, pero no puedo sentir mis piernas. Allan agarra la parte de atrás de mi cabeza y usa mi cabello para levantar mi rostro. No es rudo conmigo. Mientras lo miro a los ojos, toma mi rostro y luego me besa. Al principio, el beso es tan fuerte que me duelen los dien

ítu

Made

tras me follaban en la oficina de mi jefe para hacerme saber que mí hermana y los demás niños estaban bien. Llegamos a un edificio muy luj

—pregun

o que sostiene dos

bebo—re

cia la nevera y saca una botella de agua. Mis nervios están empezando a dominarme. Se vuelve y me entrega la botella. Abriéndolo, bebo el agua. No soy de una zona muy rica, mi mamá era mesera y mi papá trabajaba en la construcción. Solo tenían lo suficiente para sobrevivir. Allan es un

ondo, neces

o puedo leer

onoces—c

. Agarra mi hombro tirando de mí contra él—.Ahora dime

e siento cóm

qué?—p

ras médicas de mi hermana y comenzar a alquilar ese lu

rro los ojos. El olor a

e—dice—.Pude haber pagado m

o suficien

res

su toque fue lo que me hizo seguir adelante cuando me sentí llena de desesperación—.Nunca olvidaré esa noche. Intenté encontrarte después, pero no tienes antecedentes pen

tiemblan de

edes tener a cua

más a quien qu

da tener a cualquier mujer. Todo lo que tendría que hacer es hacer clic con

nde a mí

rlo. Sus ojos azules, llenos de

ueno tan sorprendida. No de

pero desde que te conocí eso cambio, no

qué me elegi

mí. Si no te hubieras escapado esa noche, iba a hablarte sobre continuar después —agrega. Sus dedos rozan mi mejilla deslizándose hacia

ue te detuvieras?—p

a, sus dedos tocándome por todas partes. Soy masilla en sus manos mientras me desnuda. Cuando me paro frente a él por completo, da un paso atrás y lo veo caminar a mi alrededor. Es mucho más alto que yo. Tan musculoso. Para un hombre que pasa tanto tiempo detrás de un escritorio, claramente se ejercita. Espero con la respiración conteni

osa en mis caderas. Lamí mis labios, me doy la vuelta cuando me pone en la cama, mis rodillas sobre el colchón.

e ti que todavía

caricia el agujero

co y no puedo evitar dejar escapar un pequeño grito. La presión me toma por sorpr

ista—digo a

o estar en un estado constante de excitación. No puedo evitarlo. Es mi primero en absolutamente todo. Es como si mi cuerpo estuviera en sintonía con él—.Mañana te vamos a poner esa maldita píldora—menciona. Luego camina hacia una puerta que supongo que es el baño. Vuelve con condón. Con movimientos rápidos, el látex está sobre su polla y luego está detrás de mí. Su polla está a mi entrada. No tengo tiempo para acostumbrarme a la sensación de él cuando golpea hasta la empuñadura dentro de mí. No se

ctamente frente a nosotros. Puedo ver su polla, incluso en el espejo y el ángulo que se mueve dentro de mí—.Pronto te follaré sin condón y te l

os, la punta de un dedo jugueteando con mi clítoris. Me penetra con más fuerza, y mientras lo veo jugar con mi cuerpo, me siento tan jodidamente bien. No hay forma de que quiera que se detenga. Solo puedo darle más. Me corrí, y cuando

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