img Mundos Diferentes (cuidado con los hijos del capo)  /  Capítulo 4 Encerrada en su fortaleza | 0.99%
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Historia

Capítulo 4 Encerrada en su fortaleza

Palabras:2239    |    Actualizado en: 19/12/2022

i punto de vista ante la vida. No logro entenderlo. Bajo mi concepto estructural de crianza no concibo vender mi cuerpo por dinero, por unos t

a que independiente a la religión profesada se debe cuidar la integridad como persona. Los mandamientos son bases fundamentales para mantener tu consciencia tranquila, era solo eso, respetar leyes universales así no creas en un ser Superior. Ahora

to. Bajé la cisterna, abrí el grifo del lavamanos, lavé mi cara, enjuagué la boca. El joven ingresó al baño sin dejar de observarme, sacó d

cenaré. Al salir del baño él cerraba la puerta del balcón. En esta ocasión su mirada fue diferente; era una mezcla de sorpresa y curios

o se ac

No se abalanzó, necesito entablar una conv

la mañana. —abrí mis ojos de par a par—. Eres nueva e

espuesta—. ¿Tengo en mi cara la

s lo qu

ío, el imbécil preguntando esa estupidez o lo

al verme escondida acá entendería que no soy como esas mujeres, las cuales están… —La lengua se me

ando puso su arma en mi cabeza, la verdad no s

orma a mi Patrón, perrita. —El joven había quedado al frente de mí, n

as por follar

erónica que pocas veces dejo ver y sale cu

mi espalda, que si dispara también lo mata a usted porque queda en la misma tr

tráem

eres, una blanca, la otra trigueña; ambas de cabellos largos y curvas voluptuosas. El

arme con estas mujeres?!— No tienes a donde i

ostro rojo, los ojos me picaron, lo empujé para abrirme paso e ir h

y estaré ocupado. —Lo

ía este hombre?, ¡era irrespetuoso!, arrogante y frío. Comenzó a llo

r una pataleta. ¿En qué infierno me metí? La lluvia apretó más, el agua helada se introducía cada vez más hasta mojarme por completo

o por hacer el a

sos ojos gatunos les pedí un poco de misericordia, las gota

la última palabra—. Yo jamás hago el amor. Yo follo, c

berme sentido así en mi vida, cómo ahora con este hombre. Descono

toy mojando y retrasas algo muy importante. No te haré nada, no creo que seas gran cosa. —Pero

ias —

cerrada desde el otro lado, sacó una llave de su pantalón y dudó por un instante. Nuestras miradas se encontraron, su rostro era perfecto si uno lo detallaba, tensó su mandíbula

todo en la finca. A un lado al parecer quedaba un baño más grande del que está en el cuarto de al lado, el balcón era mucho más espacioso con sillas campestres. Comenzó a llover a cántaros, re

to yo escurría agua y formé un charco bajo mis pies. Analizó a su Patrón quién le respondió con una firme mirada. Se nota que se

rio, sacó una sudadera y una camiseta—. ¿Cuánto cobras

nto, por obra de lo divino con

nte escuchar a un hombre atractivo supl

diera por matarme. Ataqué y como solía decir mi bella madre, uno debe mori

tirse hombres. —Lo desafié, no voy a doblegarme—. Sepa algo Don como se llame, me ac

movimiento logró desconcentrarme. Nunca pensé que existieran los hombres tan varoniles, los creía ima

lvo que contigo ya no sé si me interesa. Te faltan —volvió

er sonreír, espero no verme falsa, la verdad era q

ilizador e

escena protagonizada. Luego sonrió para retirarse por la puerta donde había entrado. Al poco tiempo escuché la cerradura electrónica. ¡Fantástico! Me dejaron encerrada en l

or, con una toalla traté de secarlos, me había mojado hasta el tuétano, «como decía mi madre». Traté de dejar el menor desorden pos

ortátil comprendí su intento de traducirlos. Sonreí. Por agradecimiento a su noble gesto, tomé papel y lápiz para traducirle la hoja. Se referían al día y los métodos de seguridad

olección de música en especial salsa y Marc Anthony salió vencedor ante mi criterio. Sonreí, era uno de mis cantantes favoritos. Tenía otros, en especial de música romántica, carrilera;

fuerte gemido—. Don Roland más duro. ¡Métalo duro! —abr

n maniático, enfermo, desquiciado y autoritario. Los gritos siguieron. La música apaciguó la faena del otro lado. Terminé de comer, lav

í un cajón; donde guardaba sus bóxeres, uno seguido del otro en orden milimétrico, lo cerré de una. Abrí otro; era el de las

iendo—. También hay ropa de color café en tres tonos incluyendo el beige. ¿Será siempre así d

eza en la almohada se escucharon los gritos aullantes del otro cuarto, lo encendí una vez más. ¿En qué momento me quedé dormida? No lo podría con

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Contenido

Capítulo 1 Un adiós inesperado Capítulo 2 ¿Fiesta sana Capítulo 3 Una fiesta diferente Capítulo 4 Encerrada en su fortaleza Capítulo 5 ¿Casualidad Capítulo 6 Su otro mundo Capítulo 7 Comportamiento extraño
Capítulo 8 Enseñando modales
Capítulo 9 Cuidado… hombre peligroso
Capítulo 10 ¿Dijiste amigos
Capítulo 11 Es un hombre solitario
Capítulo 12 Ella me desconcierta
Capítulo 13 El famoso concierto
Capítulo 14 Extraña satisfacción
Capítulo 15 Me hace actuar diferente
Capítulo 16 Manteniendo distancia
Capítulo 17 Aclaración
Capítulo 18 Regalo de cumpleaños
Capítulo 19 Es mi asistente
Capítulo 20 No toques lo que es mío
Capítulo 21 Debes besarme así
Capítulo 22 Ya sabe que era un demonio
Capítulo 23 No soy hombre de una sola mujer
Capítulo 24 No le convengo
Capítulo 25 Le importo, por eso me aleja
Capítulo 26 Los días pasan
Capítulo 27 Mi hermano debe saberlo
Capítulo 28 En ese escalón quedo… ¿Novios
Capítulo 29 Me enseñaste algo
Capítulo 30 Sus términos por ser su novia
Capítulo 31 Huele a mí
Capítulo 32 En Barranquilla
Capítulo 33 Limítate a mantenerte lejos
Capítulo 34 ¿Por qué te besó
Capítulo 35 Qué vergüenza
Capítulo 36 Estaremos semidesnudos
Capítulo 37 De nuevo en un yate
Capítulo 38 Es candente
Capítulo 39 Ella era una rival
Capítulo 40 En su mundo de Capo
Capítulo 41 Él necesita esto
Capítulo 42 No te tomes atribuciones
Capítulo 43 ¿Perdonas a este demonio
Capítulo 44 De nuevo encerrada
Capítulo 45 Soy un demonio
Capítulo 46 ¿Qué nos impide estar juntos
Capítulo 47 Frustrado
Capítulo 48 Fue un delirio su boca
Capítulo 49 Yo no soy digno de ti
Capítulo 50 Te regalo un apartamento
Capítulo 51 Jodida situación
Capítulo 52 Baile
Capítulo 53 En la boca del lobo
Capítulo 54 Precio por mi cabeza
Capítulo 55 Todo cambia en un segundo
Capítulo 56 El anciano
Capítulo 57 Mañana la desconectan
Capítulo 58 No has hablado con nadie
Capítulo 59 Recordar y Perdonar
Capítulo 60 Pacto con el señor Dios
Capítulo 61 Despertando
Capítulo 62 Los cuidados de mi novio
Capítulo 63 Tiempo de hablar
Capítulo 64 Traición
Capítulo 65 Te dejo libre
Capítulo 66 Es mejor que te alejes de mí
Capítulo 67 Castigo
Capítulo 68 Estar de regreso en casa
Capítulo 69 Salida
Capítulo 70 ¡Oye Verónica!
Capítulo 71 Dolió volver a verlo
Capítulo 72 Borrachera
Capítulo 73 Siempre le hago daño
Capítulo 74 La cachetada final
Capítulo 75 Que asqueroso soy
Capítulo 76 Compromiso
Capítulo 77 Recordándola
Capítulo 78 Cambios en él
Capítulo 79 Encuentro en Panamá
Capítulo 80 ¿Reconciliación
Capítulo 81 Se fue
Capítulo 82 ¿Casarme
Capítulo 83 Nunca me perdonó
Capítulo 84 Su verdad
Capítulo 85 Como no perdonarlo
Capítulo 86 Te amo
Capítulo 87 Preparativos de boda
Capítulo 88 ¡Con ella no se metan!
Capítulo 89 Muy cuidada y segura
Capítulo 90 Abstinencia
Capítulo 91 Por fin casados
Capítulo 92 Mi regalo de boda
Capítulo 93 Te amaré eternamente
Capítulo 94 ¿Luna de miel
Capítulo 95 Nunca pensé sepultarte
Capítulo 96 Desconectada de la realidad - mddos
Capítulo 97 Retomando - mddos
Capítulo 98 ¿Por qué lo hace - mddos
Capítulo 99 Entendiéndola - mddos
Capítulo 100 Terapia - mddos
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