img Seduciendo al CEO  /  Capítulo 2 Mi objetivo. | 40.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 2 Mi objetivo.

Palabras:1865    |    Actualizado en: 29/01/2021

mario. El reglamento está en el escritorio y los horar

pecie de escuela

seguras. Tendrán alimentación,

sted? Sabemos bien que nada

barbilla y viéndome a los ojos—, Son entrenada

ué ganaba ella con acogernos en su casa? Lejos de preocuparme, agradecí tener donde pasar la noche, odiaba dormir en el suelo

endo el armario.—, ¡Es un mont

amas, cerré los ojos por un momento y sentí p

chándose a mi lado.—, Tú también viste a esas chica

on prostitución?—pregunté atemorizada—, Tanto que he

ondió—, Todo aquí es lujo puro, esa señora debe t

odo esto.—respondí segura—, Pero de dormir

privado. ¡Ducha privada todos los días, ropa

rovechemos mientr

ar. Camine por la habitación, familiarizándome con ella, no era muy grande pero tenía dos camas, dos armarios, un baño con dos duchas grandes y los servicios, toallas, shampoo, perfumes, esencias…etc. Teníamos mucho tiempo sin usar esas cosas, nos duchábamos con jabón para autos en la estación. Revise el armario, estaba lleno de ropa muy femenina

la letra los horarios, no podíamos hacer preguntas que no fueran acordes, no podíamos vestir de ninguna otra manera, no podíamos estar descalzas por la casa, la habitación jamás podía estar sucia o desordenada, no

una regla tendría un castigo inmediato y para nada grato. Gran advertencia, l

o esto?—preg

y entendí que

alerta. ¿Era realmente seguro este lugar? Sentía una sensación indescriptible en mi pecho, como si fuera un presentimiento. Quería ignorarlo, dejarlo pasar y solo dejar

sonido estresante, era l

!—chilló Mirna, cubriendo

horario debemos ir a

eis de la mañana!—se quejó viend

conviene llegar

semana y el uniforme que tocaba. Me coloqué el de hoy, lunes. Era un vestido azul celeste con blanco, muy pegado al cuerpo y con tela ajustada. Me gust

armas mortales!—se volvió a que

No es tan difícil cami

ra! Me quebrare u

, pero date p

que todo eso fuera nuestro, siempre vestíamos ropa holgada. Nunca de nuestra talla, deje suelto mi

, tomando el libro según la primera c

úper arregladas, maquilladas y muy bien vestidas. Habían formado una fila en el amplio

as al unísono, efectivamente la señora

as, señori

daba indicaciones, críticas o reclamos. Era muy cruel y me hacía sentir mal por cómo se ex

tú nombre

eñora—respon

del porqué usas zapatos sin tacón. No lleva

patos, no sé cómo arreglarme.—respondió

évala al salón con Federica.—pidió a

con el tal Luis, el mayordomo, esperaba que no le hicieran nada. Ahora

re?—pr

Madame.—

impecable, te has arreglado muy bien, no llevas ni u

ice lo que estuvo a

astuta, precavida.—halagó—, Te sa

íamos al comedor a desayunar, pero me llevó a su oficina.

misión, me refería a un hombre—comenzó

iere aprovecharse de nosotros!—

e muy mala educación interrumpir a tu superior—regaño.—, T

un Ceo?

hacer que se enamore de ti, casarte con

Eso es desagrad

petulancia.—, El dinero no crece en las calles, es por una buena causa. Ad

na de mis padres hasta los dieciocho, sin contar que probablemente ya no exista,

una sonrisa triunfante.—, Te analice desde que A

r por favor.—dije analizando la

televisión. Era rubio, blanco, vestía un traje que se veía carísimo y llevaba en su mano un reloj dorado.—, Es dueño de una cadena de hoteles lujo

sma lo ha dicho, tiene muchas pretendientes q

uctoras, astutas, inteligentes y muy sensuales. Ningún hombre se les podrá resistir.—dijo ent

nte conmigo, Madam

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY