img La Princesa del Alfa  /  Capítulo 4 3 | 28.57%
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Historia

Capítulo 4 3

Palabras:2322    |    Actualizado en: 28/01/2021

da L

-Nor

desp

en el cielo. No puede existir algo tan, pero tan cómodo en esta vida. Probablemente, sí, pero realmente indagar no quiero. Supongo qu

bertor y el frío del aire acondicionado traspasa

un mom

muy fuerte, me quito la cobija como una loca y me siento en la cama, frotando m

e lugar? —mu

on de madera con toques rústicos, la mesa de noche, los muebles y el closet son de color marrón y

ien aquí le gusta

pies están llenos de raspones y tiene manchas de sangre, camino hacia un

un c

ón de la belleza —le digo a la i

que conseguí, quito un poco la suciedad de m

ro nuevamente mi

s centímetros, mi cabellera es larga y ondulada. Quería ser pelirroja muchas veces, pero lamentablemente los colores llama

ay días que ni me provoca probar nada. Así que tomo vitaminas para

ces una chica normal —la voz d

dos—. No es la primera vez que me hablas.

ice

ada de tener una crisis existencial, me di

cio no era así y mucho

*

iblioteca. Segundo, me perdí aquí y terce

ndiendo de lo que consi

una salida veo unas escaleras bastante amplias y decid

iejo millonario? Perfecto, no pedi

tup

aredes. Parecen personas importantes por su vestimenta. Además, en ning

la voz de la mujer, esta vez hice como que no la esc

as escaleras y hay

lado? —miro hacia un segundo arco dónde había luz—. Soy re idio

una enorme y hermosa cocina. Todo es negro con blan

nada de comida y eso podría hacer que mi metabolismo generará carbohidratos demá

com

hay comida? Por lo menos debo comer

a v

n sugar

a y no logro conseguir nada. Tal

o vamos a int

ero está vez voy al congelado

l

ongelada. Voy al microondas a descongelar l

tada, pero del resto tuve un poco de libertad gracias a mi rebeldía. La única condición que tenía era obedecer sin poner resistencia cuando ellos me pudieran algo. Mientras

uncional

re, se escucha, veo hacia los lados dejando en el fr

ates. Y sí, logré hacer algo que m

a la

físico y psicológicos. Hice algunos colegios y he creado becas de estudios para

tener un fut

s para complacer a otros —responde, la voz del hombre, dejo los

ndo mis pensami

n dónde estoy. Mi estómago vuelve a pedir comi

a pensar en salir de aquí —trato

a. Voy al microondas para poner a descongelar la pasta, y

yo y no me perc

al, un toque de azúcar y pongo todo en el mesón, enciendo la telev

e estoy, pero

*

o, me quedo en la cocina sentada en una de las sillas viendo la tel

r un libro y tampoco entiendo muy bien

rdar un poco qué fue lo último que te

eron? —froto mi frente, hasta que po

a hermanastra del Al

o porque esas c

ón, niego con la cabeza muchas veces para irme rápido de la cocina. Al salir de ahí caminé un poco má

y no me alejes de él nuevamente —miro angus

n mis odios, mientras mis ojos siguen buscando algo

pidez y lo que hace minutos había c

da que temer mientras estés conmi

Por favor, ya basta. Salgan de mi cabeza esto

lteo la cara y me quito las manos de los oídos. La ha

o, la risa de uno de los hombres me pon

na mejor vista de quienes eran, pero no puedo—. ¡Ana, estás

endo, solo que no lo muestra —re

da para que estén libres —ruego

uelve a hablar la chica—. Es nuestra

enc

ración que escuchaba era la mía. Paso mis manos con dese

—. Deja de mirarla como lo haces. Sabes no será bo

—responde

más? No puede

es demasiado horrible —interrumpo la conversación—. Me ll

enc

espue

n a asesinarme ya háganlo. ¡Estoy lo suficiente

ás rapidez haciéndome temblar las manos. Los murmullos regresan y las luces vuelven a

e tipo de cosas en mi país, que aún siendo poco notable, lo noté. La

sa, me inspeccionó de arriba hacia abajo haciéndome s

ño mientras

speinadas y abundantes, un tatuaje le sobresalía por su cuello y tenía una mirada para n

Tal vez unos treint

fundida hac

i paz mental y se escuchan voces de personas cuando no hay nadie cerca —alza una c

elve

do —responde con diversión—. Estás en Nor

ia me está asustando? —lo miro i

gura aquí que en la

dónde lo vean, obviando la parte de su musculoso cuerpo. Su voz es gruesa y su

so quiere decir que es

n estar buscándome por todo el país —confieso, mi coraz

te mía y de nadie más —esa

o todos estaban tan tranq

unto, solo los veo sonreír—. ¿Qué está pasando?

llo haciendo cerrar la puerta con fuerza.

a —la mirada del hombre bestia es fría—. Ana, que la chacha

lgo, pero fui

o? —me mira aburrido—. Es tarde y estoy cansado, habl

ar en la casa de locos! —sonríe con ma

—dijo

ómo fue que llegué a

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