img La esposa que el CEO abandonó  /  Capítulo 1 Mi realidad | 50.00%
Instalar App
Historia
La esposa que el CEO abandonó

La esposa que el CEO abandonó

img img img

Capítulo 1 Mi realidad

Palabras:2402    |    Actualizado en: 09/01/2023

ordaba a mi mamá insistiendo que mi apellido provenía de un linaje antiguo de Grecia o de Hungría o de Italia, cada vez que me lo decía

pasaban años antes de que nos reuniéramos. Mi madre me llamaba

cuidarse de sí mismo y menos aún esperar que la criaran de forma adecuada. Porque mamá proclamaba cada que podía que me

de mi perspectiva, no feo, pero distaba mucho del ejemplar caliente y atractivo como un dios del que tanto presumía mi mamá. Siempre fue bueno conmigo, so

tamento. Desde niña pensaba en lo bello de tener a una pareja; soñaba con ser amaba por un hombre valiente y guapo cuya prioridad fuera mi bienestar, más adelante, cuando tuviéramos hijos,

pero no nos desplazarían. Porqu

se quedaran juntos, aún tengo fresca en la memoria la situación vergonzosa cuando obligué a mis dos

ales de que mis padres ya no se amaban más. Y ellos me repetían una y otra vez que yo no era la culpable, pero en lo más profundo

os, desde dulces y caramelos hasta escapadas a la feria durante días de escuela. A partir del divorcio todo cambió y al final me di cuenta de que fue para bien, pues mi padre empezó a esc

e respeto, pues el hombre no tenía porqué hacerse cargo de mí, él no era mi padre, no tenía por qué mantenerme. Entendía que yo era “la prioridad de mi mamá”, pero era injusto que, si

de mi mamá es que perdía la cabeza por un hombre. Era guapa, a la edad de cincuenta y dos seguía teniendo un muy buen cuerpo (mucho mejor que yo) y un carisma que encantaba a cualquie

todavía fuera joven, pero yo era más del tipo tímida e in

e provenía de una familia adinerada y trabajaba en un puesto alto en la empresa de su familia, no me cabía en la cabeza que

as que aplicaba. Había ido a la universidad, era pedagoga, al menos mi título decía eso, pero nunca había podido ejercer porque era un poco… Caóti

un sueldo que me permitiera por fin despegarme de mamá, pues desde el divorcio (cuando tenía doce años), yo viví con ella. Era algo tóxic

que mío, pues yo sabía que si se enamoraba ella me dejaría si el hombre en cuestión se lo pidiera, pero si yo apenas hacía un atisbo de dejarla, ella armaba un d

en el funera

e mi exnovio y de

alogada como una inexperta, pero nunca funcionaba porque alguna mujer más segura de sí misma, más guapa y con una mejor posición llegaba y se gan

bvio que no me iba a corresponder. Y por eso terminaba c

ser querida. Para ese entonces yo ya no quería tener hijos, siempre cargué conmigo la idea de que los hijos solían destrui

omprendía lo que sentía mi

trabajaba en un pequeño despacho y no estaba nadando en dinero como Alexander y su familia rica. Cuando me llevaba a cenar n

e algo viejo y siempre tenía algo para reparar, pero era acogedor y

e encargara de tener la comida lista para cuando llegáramos ni a una mujer que se encargara de la limpieza. Aprendí a cocinar, me hice profesional para algunas recet

ajo, que él conocía algunas escuelas por su despacho y que tenía amigos en varios lugares. Al principio tenía miedo porque yo era una inútil, pero me convencí de que s

agradecida que ante cualquier culo bonito la abandonaba. Dijo cosas peores y yo terminé llorando sintiéndome culpable por algo que realmente n

bía ido al carajo y mamá es

empezó cuando consiguió el número de Daniel y le metió en la cabeza la idea de que lo estaba utilizando, después inventó la me

de orina y otro de sangre que contenían mi nombre, ambos con pruebas positivas para embarazo. Por supuesto que cuando Daniel me pidió que me hiciera una prueba para corroborar, esta sa

e nunca estuve ahí. Podrían haber argumentado que se perdió, que hace dos segundos estaba ahí y misteriosame

ada malo, así que n

o podía. Centré todo mi tiempo y esfuerzo en reunir las pruebas necesarias: La enfermera dijo que mamá le pagó mucho dinero para decir mentiras y no había expediente en esa clínica. Me prometió que, si llevaba

nos hacíamos promesas de jamás dejarnos. Y entonces, si él quería, podría darle un hijo, dos si me lo pedía. Haría todo po

al. Pero mi ingenuida

ue atrajo a policías. Intentaron arrestar a Daniel por alguna mentira de mamá, él entró en pánico y quiso escapar, pero le

as para después morir en un quirófano rodea

que amaba en el mundo y aquella vez me di

abo el funeral de mamá, al de

el mismo error y que era momento de que me convirtiera en una mujer adulta, en alg

ataúd de mi madre, su cadáver frío y sin vida me e

perdido t

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY