que había pasado. Por pura suerte para mí, Alexander se había ofrecido a pagar hasta el último centavo de los servicios funerarios de mamá porque mi padre no habría puesto ni u
estuvo en el funer
ba Alexander por haber estado con mi madre. Yo sabía que lo culpaba por su muerte, pues mi padre siempre tuvo esa idea retrógrada y machista de que el
ó a pesar de que mi madre era una mujer difícil de tratar y sobre todos, la quería sinceramente, n
iba con él, yo tampoco lo hacía. O a veces ellos dos salían solos y me quedaba sola en el departamento. Sin embargo, sentía la distancia, pues cuando estaba con mamá, él siempre estaba presente enviá
a sentir tan diferentes
asarme con un buen amigo de él y no había podido parar. Todo se había vuelto oscuro y lúgubre de un momento a otro y apenas empezaba a asi
dejó de ser una presencia importante cuando tuve varios padrastros. Iban y venían, ya había aprendido a no encariñarme,
vía como adorno porque jamás había ejercido. Y apestaba. Fue hasta ese momento que me di cue
morir tan joven y de manera
en un hilo de voz—. Al
rás en
l tipo? Papá era lejano, pero no era un maldito, tampoco me entregaría a un hombre criminal o maltratador o violador o algo así. Tal vez era
ás o no,
e cabello negro salpicado de canas y tez morena. Infringía respeto en todo aquel que viera, su mirada seria y su inexistente sonrisa le daban toda una pinta de ser un hombre duro de roer. Y tal vez por
aceptar su oferta. Ni si
más, de tener su favor, además de que era bueno conseguir lo que quería solo con una sonrisa. Pero en
ncogiera de hombros, apartara la mirada, se diera la media
me indicara en qué dirección inclinarme, pero era la nada. Demasiado bueno en ocultar sus sen
rada oscura y apacible, sup
la mirada—. Ya sabes
si lo imaginé o había sido real. Pronto, su semblante serio caracter
ió en tono tranquilo—. Buscar
—repliqué algo segu
rabaja
en ningún momento nos perdió la pista. Seguramente sabía todo sobre los ex de mi mamá, pero jamás le importó ver que su hija vivía
ología, pero no era ningún secreto que mi familia s
no entiendo porqué me haces
irritado y fue a la cocina
un sorbo—. Escucharlo de ti te hace avergonz
qué pasa? ¿Consigo trabajo de repente?
y un cuerpo que no era decrépito, pero cuya edad ya se notaba. No era ni de cerca como mamá. Pero ella
ficaba que m
odo fuera maravilloso—. Espero
dad en otro país que ella decidió juntarse con mi papá, así que no le había caído en gracia que la única hija de mi padre; su pareja, hubiese llegado a su vida y a su casa (c
ersonaje y no
si no que probablemente ella le sembró la idea y papá la cosechó. Lo único que sabía de Miranda era que conoció a papá en un viaje que hizo al Caribe
en cuanto el dolor por la pérdida de mi madre aminorara. Trabajaba en u
en quie
o iba a soportar que me tratara de lo lindo cu
de ahí a grandes zancadas. El rostro acongojado de Miranda
a habitación de invitados—. El fin de semana habrá una ga
da más que me avisaran cuando
* * * * *
el todo algo de lo que enorgullecerse, sobre todo cuando las noticias solían acomodarlas conforme mejor les pareciera a ellos. Les daban información a los televidentes, pero
e era feliz escuchando y viendo lo que querían. Papá decía que hacía un
pensaba, nadie me ofrecía algo a mí. Era como la rechazada del lugar, no la hija del dueño de la empresa. Había un par de periodistas acosando invitados, había mesero
lo más estable que tuve. No, mi hogar era mamá, era viajar con ella, acompañarla a conocer hombres, irnos de crucero. Y después mi hogar fu
pié rápidamente mientras fingía estar entre
cción de tres pisos y algo torcida cuan
e traje elegante, barba de candado perfectamente recortada y una mira
gradable—. Estoy escapando de un proba
cluso un poco más joven, vestía de forma elegante, pero su porte desencajaba co
qué? —pregu
ver que los ricos cometen errores, cualquier chisme y se sienten realizados —bebió un s
vía incómodo, como buscando a quien más molestar o tal vez buscando a
ejan entrar a
e cómoda—. Es un crimen y la gente se voltearía. Prefiero que
me acosaron periodistas, ni a mi mamá. Y eso que el divorcio de mis padres pudo haber dado mucho de qué ha
tendió su mano, un anillo de mat
oz altanera <<Tú mereces ser la primera y la única>> la recordaba pintándose las uñas <<Si vas a amar a alguien mereces que te ame. Y que te ame con todo, no a medias>>. Además de que no podíno. De cualquier forma
sencillamente—
Como Torib
es mi
, miedo o triunfo. O una combinación de las tres. De cualquier for
acostumbrada con Alexander y mamá, de hecho, me sorprendió no ver a Alexander ahí, pero él estab
n alejado. A simple vista parecían solo estar charlando, pero mi padre se veía tenso y Miranda estaba irritada. Yo sabía observar e int
illoncito. Escuché perfectamente las últimas pala
re—. No contesta ni mi
ido una bu
sacó su teléfono—. Si incumple su par
turo y si no le había respondido, sig